LIL DURK, hecho a sí mismo | UMO Magazine

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Cover Story, Noviembre 2016
Texto por J RIVERA / DIRK DIGGLER
Fotografía por CHRISTIAN LANTRY

Con una vida frenética a camino entre Chicago y Nueva York, Lil Durk acaba de cumplir los 24 (19.10.1992). Una celebración de cumpleaños poco pomposa en la gran manzana, con una cena entre amigos y rodeado por su colectivo OTF (Only the Family) en el bar/restaurante Broadway 49. Sólo han pasado cuatro meses desde la edición de su segundo álbum LIL DURK 2X (OTF/Def Jam Recordings). Por suerte, la agenda sigue igual o más apretada aún si cabe y podemos dar fe de ello; esta entrevista tuvo que posponerse hasta en cuatro ocasiones. Inmerso nuevamente en una extensa gira americana (27 ciudades) que finalizará el próximo 17 de diciembre en Miami (Florida), Durk nos habla de sus sensaciones en este arranque del tour. «Mis dos primeros shows (Warrensburg y Petersburg) en esta gira han sido increíbles. Estoy inyectando nueva energía en mis actuaciones; interactúo más con el público, nuestra relación es más estrecha que antes. Doy todo en el escenario y creo que eso se contagia a la audiencia». El estudio y la tarima son ahora la ‘casa’ de un Durk Banks que tuvo una niñez bastante complicada.

 

Las calles de Englewood, un violento barrio situado al Sur de Chicago, sirvieron de escuela para un adolescente que sabía que el rap -aunque suene a tópico- era la única vía de escape para prosperar y cambiar de estilo de vida. De familia con pocos recursos y sin una figura paterna como referente, Durk habla sin tapujos al recordar aquella difícil etapa. «Crecer en Chicago fue bastante duro. Mi padre estaba encarcelado a cadena perpetua y yo era demasiado joven para poder ayudar a mi madre como hago ahora. Siempre luchó por sacarnos adelante en un vecindario y en un entorno bastante hostiles. Muchas veces dependíamos de los cheques de comida, pedíamos dinero prestado, no era fácil; mis hermanos no iban mal en el colegio, pero yo era como la oveja negra en ese aspecto. No iba mucho a clase e intentaba buscarme la vida por las noches para echar una mano a mi familia, aunque no sabía bien de qué iban las cosas; ahora sí lo entiendo mejor». Los tiempos han cambiado pero el ghetto siempre será el ghetto. «Sigue siendo una situación complicada. En cada esquina ocurren cosas, hay niños traficando y metidos en historias raras. La zona tiene mala imagen… pero con razón», confiesa abiertamente.

Familia y lealtad son dos cosas innegociables para Lil Durk. Dos de sus cuatro hijos, Angelo (5) y Zayden (3) aparecen junto a él en la portada de la edición standard de su último disco. «Obviamente, no quiero que pasen por lo mismo que yo he pasado. Trabajo para que tengan una vida más cómoda, alejada de las calles. Quiero darles una buena educación y que conozcan otras realidades distintas. Voy a estar ahí para ellos en todo momento». Los componentes de OTF se han convertido en su única familia. No es fácil confiar en la gente cuando vienes de dónde vienes. Durk tiene esta lección bien aprendida y sabe a la perfección cómo gestionar sus amistades tanto en el plano personal como en lo estrictamente profesional. «Intento rodearme de buena gente, hombres y mujeres de negocios. Elijo quién tengo a mi lado, es algo muy importante; no es bueno tener cerca a gente que no te aporte nada positivo», recalca.

«LA RADIO NO ES PARA TODOS LOS ARTISTAS, PERO LAS CALLES TAMPOCO. LO IDEAL ES TENER UN BALANCE ENTRE LOS DOS: SONAR EN LA RADIO PERO TAMBIÉN TENER PRESENCIA EN LAS CALLES»

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Hace ahora año y medio, Durk perdía a su mánager Chino Dolla. Fue la madrugada del 27 de marzo de 2015 en su ciudad natal. OTF Chino se encontraba en su coche cuando alguien se acercó y le disparó a bocajarro en repetidas ocasiones. Una de las balas le alcanzó en la cabeza y falleció en el hospital horas después. Tenía 24 años. Ese mismo verano Lil Durk publicaba su álbum debut Remember My Name, con el anthem «Like Me» con Jeremih y producciones de primer orden a cargo de Metro Boomin, London On Da Track y Young Chop. Las calles de Chicago volvían a tener un nuevo referente tras la repentina ‘desaparición’ de Chief Keef. «Cada uno intenta encontrar su lugar. Todos intentamos crecer. Chance (the Rapper) está haciendo su movida, hay otros que ahora están en modo pausa. Es lo que hay a día de hoy», comenta Durk cuanto hacemos referencia al momento actual que atraviesa el hip-hop de Chi-Town.

 

Si algo tiene el de Chicago es que con LIL DURK 2X ha encontrado ese equilibrio entre lo que quiere la calle, con temas agresivos y explícitos como «Glock Up» o «Hated On Me» con Future, y lo comercial con singles como «Super Powers» y «My Beyoncé», a dúo con Dej Loaf. «La radio no es para todos los artistas, pero las calles tampoco. Lo ideal es tener un balance entre los dos: sonar en la radio pero también tener presencia en las calles. Hay gente que solo se centra en la radio y otros solo en las calles; en mi opinión, es importante estar en los dos frentes», explica. «No me gusta poner límite a mis seguidores. Si creo que es algo beneficioso para mi carrera, lo hago sin dudarlo. Se trata de que tu base de fans siga creciendo. A veces hay que hacer bangers para las calles y otras veces canciones que atraigan a las chicas; para eso hay que tener un cierto swag, hay que hacer pósters y todo eso. Puede que a los chicos no les interese tener un póster con mi cara, pero a las chicas sí. Por eso, estoy contento de haber hecho ‘My Beyoncé'», añade.

Me siento afortunado de poder poner comida en la mesa. Y estar con Def Jam es toda una bendición 

LIL DURK

La cárcel ha supuesto un antes y un después para la carrera musical de Durk. Pasar tres meses en la sombra en 2011 y otro mes en el verano de 2015, en ambos casos por posesión de armas, le dieron tiempo para pensar y darse cuenta de que su meta era la música y que tenía que cambiar de hábitos si quería progresar y hacerse un nombre en el rap game. «Cuando estuve en la cárcel, mi vida cambió por completo. Siempre me había tomado en serio el rap, pero a partir de ahí vi que era un modo de comprar lo que quisiera y de poder mantener a mi familia de modo legal», explica. Que le gusta mucho la tinta salta a la vista; es uno de los rappers americanos más tatuados. Varios de ellos son bastante significativos, como el que luce en su brazo en apoyo al movimiento Black Lives Matter o los nombres de su primo (OTF NuNu) y su amigo Pluto, ambos asesinados, escritos en los dedos de sus manos.

 

El Trap Latino ha progresado rápidamente y está teniendo cada vez mayor aceptación entre los jóvenes, lo que ha hecho que muchos raperos americanos empiecen a prestarle atención. Podría llegar el momento en que lo habitual fuese escuchar pistas en spanglish de trap. Si Yandel ya ha colaborado con Future («Mi Combo») y Farruko va a hacerlo con Fetty Wap para su próximo álbum TrapXFicante, por qué no imaginar a Lil Durk y Daddy Yankee en el mismo estudio; DY fue el primer exponente de reggaetón en trabajar con artistas anglo. La idea no le desagrada al de Chicago, incluso alaba la figura de El Cangri. «Acabo de colaborar con uno de ellos, Hypno Carlito. Así es como se ganan nuevos seguidores, como se extiende la música. Es una forma de crecer como artista, hay que ser una persona abierta. Hay artistas latinos que tienen mucho talento, como Daddy Yankee».

 

Lil Wayne y Anderson Paak han sido los últimos en reavivar el eterno debate de quién es mejor, si la vieja o la nueva escuela, calificando a varios rappers emergentes (Lil Yachty, Lil Uzi Vert) como ‘incultos’ y poniendo en entredicho su ‘talento’ al micrófono. Más afín a las nuevas generaciones que a la old school, bien por edad o por gustos musicales, la posición de Durk en relación a este asunto nos despeja cualquier duda. «No me gusta juzgar a los demás. Cada cual se busca la vida como puede y no voy a criticar a alguien porque lleve un corte de pelo determinado o porque vista de cierta forma. Cada uno es como es. Y muchos no hacen más que criticar porque no pueden superar a los otros, porque no pueden llegar a tanta gente; y de ahí surgen los típicos comentarios de ‘están jodiendo el rap’ y todo ese rollo… Pero cada generación tiene su momento y ahora es el nuestro», sentencia.

 

«CUANTO ESTUVE EN LA CÁRCEL, MI VIDA CAMBIÓ. SIEMPRE ME HABÍA TOMADO EN SERIO EL RAP, PERO A PARTIR DE AHÍ VI QUE ERA UN MODO DE COMPRAR LO QUE QUISIERA Y DE PODER MANTENER A MI FAMILIA DE MODO LEGAL»

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Para Durk nunca ha habido una gran diferencia entre mixtape (al fin tendrá una categoría propia en la próxima edición de los premios Grammy) y un álbum de estudio. Al final del día se trata de sacar un proyecto con garantías, el formato es lo de menos. «Sea lo que sea, siempre tiene que tener calidad. No me importa si es una mixtape, un single o un álbum. Si no es bueno, no sirve de nada». Lo dice alguien que es todo un especialista en la materia a la hora de sacar mixtapes digitales. Desde sus inicios oficiales en el circuito musical a mediados 2011 hasta ahora, Lil Durk acumula un total de seis mixtapes. La última de ellas, 300 Days, 300 Nights, fue lanzada a finales del año pasado. Sus fans aguardan con ansias la tercera entrega de su ya famosa saga Signed To The Streets con DJ Drama y Don Cannon. Lo que sí nos adelanta es que habrá más de un featuring sonado en estos próximos meses. «Hay muchísimas colaboraciones en el horizonte. Es una forma de que tu nombre siempre esté en el candelero, de que la gente hable de ti.»

 

Ni los más optimistas podían vaticinar que el magnate Donald Trump ganaría la elecciones americanas y se convertiría en el nuevo inquilino de la Casa Blanca junto a su mujer, la ex modelo Melania Trump. Hasta Lil Durk se mostraba tranquilo en las semanas previas a las elecciones. «Donald Trump no me preocupa. Es un día muy señalado, muy importante, porque se elige presidente para los próximos cuatro años. Creo que Hillary ganará sin problema». Mucho nos tememos que, al igual que miles de americanos se han echado a las calles para mostrar su disconformidad con los resultados electorales, Durk tendrá un mensaje menos conciliador al ver marcharse a Barack Obama (primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos) después de ocho años de mandato y llegar un personaje con cero experiencia en política como Trump para dirigir el país.

 

Las claves del éxito de Lil Durk se basan en ser constate y tener dedicación absoluta por lo que uno hace. «Siempre estoy trabajando. Cuando estoy de gira, cuando estoy en casa, dormido, despierto… No se puede dejar de hacerlo porque siempre hay alguien dispuesto a trabajar más que tú. Y nadie va a trabajar por ti, solo tú puedes hacerlo». Por sus palabras a lo largo de la entrevista se nota que ha madurado y ahora está mucho más centrado en lo que realmente es importante: su carrera y su familia. Ha dado un paso al frente. Atrás quedan sus problemas con la justicia y los errores cometidos en el pasado. Lil Durk ha entendido cómo funciona este negocio y qué es lo que debe hacer si quiere que se siga hablando única y exclusivamente de su faceta artística. Durk ejemplifica aquello de que el trabajo duro, a la larga, tiene recompensa.

 

El álbum LIL DURK 2X (Def Jam) ya está disponible en formato físico y digital. Disfrútalo en iTunes Amazon / Spotify / Tidal Deezer