SANTIGOLD, yes she can | UMO Magazine

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Cover Story, Marzo 2016
Texto por GONZALO OYA / DIRK DIGGLER
Fotos by CHRISTILLE DE CASTRO

¿Puede una mujer negra de casi 40 años plantar cara a los estándares de la industria? Santi White aka Santigold viene a demostrarte que sí. Tras cuatro años alejada de los focos, esta neoyorquina regresa con 99 cents (Atlantic Records), dispuesta a reclamar un espacio que le corresponde por derecho propio. Puede que por ello, no sea casual que una de las artistas más difíciles de catalogar y etiquetar que hemos conocido en años, se nos presente en la portada de su nuevo disco como un producto más de este gran supermercado global en el que vivimos. «Me metí en la bolsa para contar la historia de cómo todo ahora mismo está frente a ti, diciéndote que compres y que te vendas a ti mismo de la mejor manera posible. Hacer la portada fue muy divertido porque pude meterme en una bolsa y todo eso… El responsable es el fotógrafo Photographer Hal».

 

Sin embargo, su historia como artista es atípica por muchos motivos. Todo comienza en las mismas entrañas de la industria, de la que huye dispuesta a encontrar su propia voz creativa. Insatisfecha de su rutinario trabajo como A&R en Epic Records, Santi White cambió de la noche a la mañana, la comodidad de su despacho por las incertidumbres del artista independiente. Su aparente salto al vacío llegó sin embargo en uno de esos casos de timing perfecto, justo cuando internet comenzaba a trastocar los planes de la industria de la música, y cambiar su fisonomía para siempre. Tanto que hoy, todo lo que queda de su antiguo oficio no es más que una vieja cáscara, vacía de contenido. «En este momento, el puesto de A&R en un sello es un cargo más bien administrativo. Es extraño, porque hoy los discos se hacen de modo muy distinto a como se hacían antes. Estamos en una era marcada por los productores, que en muchos casos son también artistas. Y muchos artistas marcan la pauta en sus propios discos y, ¿sabes quién los hace? Los productores actuando de A&R. Por eso los A&R de las compañías hoy hacen una labor de márketing más que otra cosa… Algo como: ‘Pidamos una canción a estos productores, que la compongan estas personas y tal…’. En vez de localizar frescos y nuevos sonidos, intentan garantizar a su sello una cierta rentabilidad anual. Y eso es un trabajo de márketing».

Tras abandonar Epic, Santi White inició una breve aventura musical con Stiffed, la banda Punk que puso su personal voz en el mapa y provocó su salto definitivo como artista en solitario. Está claro que estamos ante una carrera tardía y reposada -otra rareza más en los tiempos que corren- y en la que siempre ha dado la sensación de querer marcar los tiempos y medir cada paso. Como dato, llama poderosamente la atención el que entre cada uno de sus discos, desde su debut en Santogold (2008) a este 99 cents siempre haya habido un lapso exacto de cuatro años. Por si te lo estabas preguntando, ella te lo confirma. No, no hay nada premeditado en ello. «En parte es una coincidencia pero al mismo tiempo tengo una opinión sobre lo que supone hacer discos… ¡Nunca planeé que el espacio entre discos fuese de cuatro años! Después del primer álbum hice una gira durante dos años y después de eso me puse con el siguiente proyecto; por eso pasó tanto tiempo entre ambos discos. Entre el segundo y tercer álbumes he sido madre y eso me ocupó un año más o menos, aunque la grabación de este último trabajo ha sido la más rápida de todas. Cuando vives un poco la vida entre tus álbumes, pasa esto; además, me gusta escribir mis propias canciones y colaborar desde cero en la música con los distintos productores. Es un proceso distinto y más largo al de un productor que tiene una canción lista, que ya ha sido compuesta por otros».

«PUEDE QUE POR PRIMERA VEZ LA GENTE ESTÉ PREPARADA PARA LO QUE HAGO Y NO SEA YO QUIEN LUCHE CONTRA LOS ELEMENTOS SINO QUE ÉSTOS ME FAVOREZCAN»

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Con Santogold (2008) el mundo descubrió un cóctel molotov de Pop, Punk, electrónica y una ligera pero refrescante actitud Hip-Hop. La imposibilidad de etiquetarla, hizo que el establishment -tanto el indie como el de las major– observase de reojo una propuesta que se adelantaría unos cuantos años a lo que terminó por convertirse en la tendencia dominante. Mucho han cambiado las cosas desde entonces para público y sellos, y todo parece indicar que este 99 cents llega en el mejor momento posible. Aunque puede ser exagerado considerarlo su órdago de ‘ahora o nunca’, ella misma es consciente de la gran oportunidad que se le presenta gracias a una coyuntura mucho más favorable.

 

«Puede que por primera vez la gente esté preparada para lo que hago y no sea yo quien luche contra los elementos sino que éstos me favorezcan. Creo que el público de hoy está más preparado para una música más ambiciosa, que beba de varias influencias y que en cierta forma desafíe las etiquetas. El público respeta eso ahora más que nunca, está listo para ello, ya no tiene miedo. Por eso espero que haya más gente que aprecie mi álbum por lo que es y se dé cuenta de que lo que hago es música pop… A mi manera.» Las causas de este cambio, son evidentes. «Creo que Internet ha jugado un papel crucial en esa situación. Tener acceso inmediato a tantos estilos musicales es vital. Antes, puede que no escuchases distintos tipos de música porque no sabías por dónde empezar ni qué buscar. Hoy, con Internet es muy fácil; lo tienes frente a ti, ¿por qué no escucharlo y ver cómo suena? El público se fija en diferentes tipos de música y eso hace que la industria no se quede tan encorsetada en los géneros como antes. Por ejemplo, el hip-hop se considera pop hoy día…»

 

Siempre me planteo en qué plataformas puedo participar para dar salida a mi arte y mis ideas. Fue divertido hacer una colección de calcetines, nunca antes lo había hecho. El diseño me gusta mucho, ya sea de calcetines, muebles, maquillaje… 

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El Pop es precisamente, el pegamento que una el ramillete de canciones con el que ha completado su nuevo álbum. Un recorrido de sensaciones, texturas y ambientes tan diversos como coherentes entre sí, que hacen de cada tema un mundo diferente en si mismo. Ella misma resume su proceso creativo habitual, a la hora de conseguir este resultado. «Primero escucho la música, o hacemos la música, y dejo que ésta me inspire. Cuando sé que puedo componer una canción con esa música me centro primero en la melodía y al final me pongo con la letra. Básicamente, la música dicta lo que será la canción. En cuanto a lo que dices sobre lo especial que es cada canción, de eso se trata mi música; no creo en las reglas, tengo infinidad de influencias y hago lo que me apetece. Como marca musical, Santigold es muy amplia. Y me encanta formar parte de ese concepto». Una marca y un concepto, que en esta ocasión camina por sendas menos oscuras que de costumbre. Para ella, el ser madre ha tenido mucho que ver con este cambio de tercio. «En este disco mi enfoque ha sido más ‘juguetón’ que antes de tener mi bebé: cuando comencé a trabajar en la música tenía solo dos meses y quería divertirme. Quería transmitir en el estudio parte de la alegría que había en mi casa y por eso el disco suena un poco más brillante y divertido que los demás.»

 

Para llegar a la meta, ha vuelto a reunir un reparto lleno de talento entre los que se cuela Hit-Boy, como una de las grandes novedades. «Fui a trabajar con Hit-Boy y Headbanger, uno de sus colaboradores en labores de producción, y me pusieron varios de sus beats. Muchos de ellos me gustaron porque no era su sonido típico; algunas de las canciones que acabé haciendo con ellos tienen un toque caribeño que me gusta mucho, pero a la vez tienen esa batería tan característica suya. Me lo pasé muy bien y me gustaría repetir la experiencia de trabajar con ellos». La fría y eficiente profesionalidad que denotan sus palabras acerca de su trabajo junto a este superproductor, tiene poco que ver con la cercanía que transmite al hablar de ILoveMakonnen, otra de las grandes sorpresas de 99 cents, y con quien parece haber conectado mucho más en el estudio. «Nos conocimos en una fiesta en Los Angeles y nos pusimos a hablar. Él vive en New York y me extrañó porque mucha gente de la industria musical vive en LA. De repente le dije: ‘¡Hagamos una canción!’. Vino al estudio con un beat de Zeds Dead y comenzamos a trabajar en la canción; al final hicimos incluso otro tema juntos. Es alguien muy divertido y que tiene mucho talento componiendo melodías quizá raras pero muy pegadizas y que ahora mismo están muy en boga. Rodamos un vídeo para la canción en el festival Made In America y lo pasamos de miedo».

 

«NO CONOZCO A TANTA GENTE QUE NO SEA FAN DE DAVID BOWIE; ERA UNO DE ESOS ARTISTAS QUE SON CONOCIDOS POR TODO EL MUNDO, YA FUERAS SEGUIDOR DE SU MÚSICA O NO»

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Por lo que parece, la grabación del vídeo de «Who Be Lovin’ Me» fue tan loca como creíamos. «Fue divertidísima. Lo bueno de rodar en un festival es que no hay nada planeado, no sabes qué va a ocurrir. Es divertido para nosotros pero también para los que ven el montaje final. Por ejemplo, Meek Mill apareció de repente en un Segway o cómo se llame haciendo movimientos sincronizados… Hubo momentos realmente excitantes que no habíamos planeado de antemano y mola coincidir con otros artistas que participaban en el festival como Big Sean, Earl Sweatshirt… Pasamos muy buenos momentos». Nuestra conversación deriva hacia la importancia que tiene lo visual como extensión natural del universo musical de un artista, y no tarda mucho en confesarnos lo mucho que suele implicarse en el desarrollo de todos sus videoclips. «He desempeñado labores de dirección en un par de vídeos. He codirigido ‘Who Be Lovin’ Me’ junto a mi marido, Trouble Andrew, y otro de mis vídeos que aún no ha visto la luz. En ‘Chasing Shadows’ trabajé en el concepto del clip junto al director, Elliott Lester. Me gusta participar en el aspecto visual. Me fascinó la película Nithingale que Elliott dirigió para HBO, con un solo actor; le dije a Elliott: ‘Tienes que dirigir uno de mis vídeos'».

 

Mientras hablamos de videoclips y cine, le preguntamos por toda la polémica generada por los Oscars de este año y el llamamiento al boicot por parte de Spike Lee, entre otros. Nos sorprende su opinión, mucho más moderada de lo que esperábamos. «Si hablamos de boicotear a Hollywood opino que es un poco injusto pedir a la gente que lo haga; a mucha gente le ha costado mucho llegar hasta donde está. También vi un vídeo de la actriz que interpretaba a la tía Viv en ‘The Fresh Prince of Bel Air’, que señalaba que hay muchas otras razones más importantes por las que manifestarse, y estoy de acuerdo con ella. No quiero decir que el racismo o el sexismo no sean importantes, pero hay otras cosas que quizá son más urgentes… No sé». Aunque a la vez, se asegura de dejar claro que es consciente de que hay un problema, y grave, en la industria del entretenimiento americano. «En Hollywood siempre habrá discriminación, ya sea por raza o sexo (…) No es algo nuevo, nunca ha habido igualdad… La semana pasada vi una entrevista que David Bowie concedió a MTV en los 80 y les preguntó por qué nunca programaban artistas negros; es muy interesante. El representante de la cadena dio todo tipo de razones estúpidas, por ejemplo que los chavales de 17 años se asustarían si ponían vídeos de Prince, y Bowie le respondió que no creía que una señora negra de 70 años se asustaría en absoluto. Es algo ridículo, y creo que Hollywood sigue en esa dinámica en cierto modo; ha habido bastante progreso en bastantes áreas, se ha perdido el miedo, pero aún existen esos prejuicios del pasado. Es curioso: si ves a una actriz negra en un film de Hollywood es probable que tenga encima una operación de nariz o que sea de piel muy clara, y es algo que pasa desde siempre». 

 

Con el nombre de Bowie encima de la mesa, aprovechamos para saber si es tan fan del White Duke como dicen. «Sí. Desde siempre. Creo que era una persona muy especial. No conozco a tanta gente que no sea fan de Bowie; era uno de esos artistas que son conocidos por todo el mundo, ya fueras seguidor de su música o no. Un artista especial, que asumía muchos riesgos, muy inteligente, un artista increíble y un músico brillante.» Nuestra conversación concluye entre carcajadas, hablando de Bowie, Yeezy y esos ataques de ego a los que ella, desde su natural modestia, parece inmune. «¿Te imaginas si dijese que soy la versión femenina de Bowie? Sería algo propio de Kanye… Oh, Dios, ¡si Kanye dice eso! Aunque si se presentase a presidente, puede que hasta le votase…». Si estas leyendo esto Yeezy, ya sabes. Cuenta con su voto.

99 Cents(Atlantic Records) ya está a la venta en formato físico y digital. Disfrútalo ahora en iTunes, Amazon, Spotify, Tidal o Deezer.