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Cover Story, Diciembre 2015
Texto por GONZALO OYA / DIRK DIGGLER
Fotos by JORY LEE CORDY
Puede que Tolkien tuviera razón, y que las grandes historias nunca lleguen a concluirse del todo y que quizás, como él afirmaba, el destino siempre termine encontrando a alguien encargado de continuarlas. La apasionante odisea del hip-hop y el RnB californiano durante los últimos treinta años, con sus grandezas, miserias y alguna que otra muerte a sus espaldas es sin duda, una de ellas. Así que no nos culpéis por ver a alguien como Ty Dolla $ign erigirse en uno de esos privilegiados, a los que el destino ha encargado continuarla.
Su voz apareció como una bocanada de aire fresco, en mitad de un paisaje musicalmente apocalíptico, y por el que casi nadie apostaba a finales de la década pasada. Poco a poco su nombre, asociado al de productores y artistas como DJ Mustard, Bobby Brackins o YG, se situó como una de las alternativas más gozosas y gamberras durante los primeros días de la hegemonia de Kendrick Lamar y sus chicos de TDE. California tenía ahora muchas facetas, y Dolla con su particular fórmula -que muchos desde entonces hasta hoy, no sabrán definir si como rap o RnB- representaba la cara más divertida, sexual, irreverente y clubera de un lugar en plena ebullición creativa. Mixtapes como Young and Hungover (2011), junto a los mencionados YG y Bobby Brackins, comenzaron a trazar las líneas maestras de un sonido tan ligado al pasado sonoro de Cali, representado por el Funk de Solar Records o el G-Funk de Los Ángeles y la Bay Area, como a los múltiples matices aportados por la vanguardia hip-hop y electrónica del momento.
Muchos vemos en esta vertiente, bautizada por la crítica como Ratchet & B, lo más refrescante que ha pasado en el género en décadas. Otros sin embargo, ven en lo explícito de sus letras y su clara homologación estética con las últimas tendencias del rap sureño, una supuesta traición a los clichés clásicos del género. Lo único cierto es que su ruptura con los convencionalismos y la parte más apolillada del género, ha traído un cambio radical de guión para el que los conservadores de turno no estaban preparados. Para Ty, es ésta precisamente una de las claves que explican el resurgir del Rhythm and Blues en este año 2015. «Creo que el R&B está volviendo al mapa. Muchos artistas del género lloriqueaban, diciendo a su chica que lo sienten, pidiendo perdón de rodillas y toda esa movida… Yo he cambiado la tendencia, hablando como hablan de verdad los hombres; a las chicas les gusta que les digas la verdad. Y hay muchos artistas que me han copiado y eso me enorgullece. ¡A tope! (Se ríe)»
Así que si eres de los más haters, es probable que te haya roto la cintura el ver a una de las últimas leyendas del R&B del siglo pasado compartir estudio con nuestro protagonista. Una colaboración, ese “Solid” junto a su idolatrado Babyface, que tiene mucho de simbólico; con ella, Ty Dolla parece querer demostrarnos que en esto del Rhythm and Blues, tradición y vanguardia no son más que dos caras de una misma moneda, siempre condenadas a entenderse. «Trabajar con Babyface ha sido uno de los momentos más destacados de mi vida. Siempre ha sido uno de mis sueños; incluso antes de tener un contrato discográfico, siempre quise hacer una canción con él. Haber hecho realidad el sueño ha sido increíble, y doy las gracias a mi A&R, Shawn Barron, por hacerlo posible. Cuando coincidimos en el estudio, hicimos la canción en 45 minutos (…) Le dije que quería hacer una canción basada en la guitarra y la voz. Fuimos al estudio y creó esos acordes de guitarra; empezó a tocar distintos riffs y al tercero le dije: «¡Eso es!». Se me ocurrió el estribillo y al poco tiempo entré en la cabina y grabamos todo el tema. Fue bastante simple…»
«Estoy más cercano a los 2000 porque es mi tiempo. Pero desde luego, me fijo en cosas de los 90, los 80, los 70, los 60, los 50 y los 40… Me gusta conocer, estar educado y no usar los mismos sonidos que todo el mundo utiliza»
Si además echamos un vistazo al tracklist y a los invitados de su álbum debut, comprobaremos como esta estrecha relación entre la supuesta vanguardia y los viejos artistas del pasado que la cimientan, ha terminado por convertirse en uno de los evidentes leit motiv de Free TC (Atlantic Records).«Ayer lo hablaba con A$AP Ferg, que tiene a Onyx o Bone Thugs-N-Harmony en su nuevo disco, y le decía que son leyendas del hip-hop, y que yo había hecho lo mismo pero con figuras del R&B. Son gente que yo admiré cuando era un chaval, artistas con quienes siempre he querido hacer algo; hay gente que quizá prefiera contar con artistas actuales que están a la cabeza de las listas, pero a mí me parece un tanto ridículo. Es hacer lo que hace todo el mundo. Me gusta ser más original; Jagged Edge y Babyface son de mis favoritos y prefiero gastarme el dinero en ellos», afirma.
Una perspectiva tan sincera como la de Vince Staples y Tyler The Creator, que no hace mucho y en su versión más iconoclasta, dejaron caer en su cuenta de Twitter que los años 90 y los artistas que forjaron esa década estaban sobrevalorados. Ty no se mostró muy de acuerdo con ellos. «El hip-hop de los 90 es la hostia, crecí con él. De hecho, ayer mismo escuchaba el disco que Biggie Smalls grabó antes de morir. Y es la bomba, no sé si muchos rappers de hoy en día pueden igualarle, a él o a Pac. ¿Qué es eso de que el hip hop de los 90 está sobrevalorado? ¡Vaya chorrada! (Risas)». Pero como nos gusta meter el dedo en el ojo, quisimos incidir en uno de los argumentos esgrimidos por Staples. ¿Es realmente el legado de la música de los 90 superior a la de los 2000 o es sólo una cuestión de perspectiva generacional? «Estoy más cercano a los 2000 porque es mi tiempo. Pero desde luego, me fijo en cosas de los 90, los 80, los 70, los 60, los 50 y los 40… Me gusta conocer, estar educado y no usar los mismos sonidos que todo el mundo utiliza. Intento crear cosas nuevas aunque en el fondo todo es lo mismo; has de encontrar una forma distinta de darle una vuelta», confiesa.
En Taylor Gang nos llevamos guay. Nos gusta salir de fiesta y emborracharnos, ¡hace poco liamos una tremenda! (Risas). Somos como hermanos, salimos juntos, comemos juntos y hacemos música juntos
TY DOLLA $IGN
Convertido en uno de los proyectos más esperados de este año 2015, TDS se ha hecho de rogar hasta desvelarnos las gemas que escondía su primer álbum de estudio. Una larga espera, que ha provocado que se hayan quedado por el camino singles como aquel «Drop That Kitty», que muchos asumimos como parte del disco. «No la incluí porque es una canción que edité hace algún tiempo y no quiero que la gente pague por algo que ya escucharon hace seis meses. Hago mucha música de forma constante y siempre me gusta apostar por lo nuevo». Por sus palabras, no hay duda de que nuestro protagonista quiso asegurarse de tener todas las piezas en su sitio antes de enseñarnos el nuevo juguete. «Ha sido un proceso largo. Alguna de estas canciones tiene ya dos años y otras tienen solo un mes. Hay temas que han sufrido una cierta transformación hasta que han sonado lo mejor posible y ya tengo listo el álbum. Es un disco con muchas colaboraciones, muchos de mis amigos han trabajado en él y me siento muy orgulloso del resultado». Algunos de ellos, como Cardo, Hit-Boy o DJ Mustard han sido los encargados de tejer la red sonora sobre la Ty ha dejado caer su estilo, melodías y verborrea. «Es genial. Lo importante es tener pepinos, no importa de dónde vengan, ya los haya hecho Mustard, Hit-Boy o yo mismo. Si el tema es la bomba y te mueve según empieza, ya está. Me gusta trabajar con otros productores».
Pero teniendo en cuenta que es la de productor otra de sus grandes vertientes artísticas, resultaba obligado preguntarle por su influencia a la hora de afinar el resultado final de todo lo que escuchamos en los 16 tracks que conforman Free TC. «Cuando la gente me manda beats muchas veces cambio cosas. Y no es que lo haga a propósito, sino que a veces considero que hay que añadir unas cuerdas, un sinte. La gente me manda una instrumental en blanco y negro y le añado un poco de color», confiesa.
Mientras preparábamos nuestro encuentro telefónico, su equipo nos advirtió que era mejor evitar cualquier pregunta personal acerca de la situación de su hermano pequeño Gabreal «TC» Griffin, condenado a pasar una larga temporada en la cárcel. Sin embargo, como nos gusta vivir peligrosamente, no quisimos evitar tocar un tema que marca el disco de principio a fin. Y es que desde su mismo título, este debut nace casi como un homenaje a su hermano pequeño; para nuestra sorpresa Ty no dudó un instante en hablarnos de ello abiertamente. «Está en el álbum, en todas partes. Incluso aparece cantando en un tema llamado ‘Miracle’. Aunque vivimos un momento difícil, es una bendición estar unidos por la música. Mi padre era músico y nosotros empezamos a trastear con la música desde pequeños. Espero que con este disco se pueda cambiar la situación de mi hermano y que vuelva pronto a casa». Siendo víctima en primera persona de la brutalidad que destila el sistema penitenciario americano, no quiso morderse la lengua a la hora de valorarlo. «A veces hay gente que paga sin razón. Si se te pilla en una situación difícil, van a intentar encerrarte por todos los medios para ganar pasta a tu costa. El sistema de prisiones se basa en el dinero; aunque hay gente despreciable que merece estar entre rejas, hay otros que no son así y están encerrados injustamente. Pasan mucho tiempo a la sombra y el mundo se olvida de ellos; no creo que sea correcto», concluye.
«Kanye West es otro de los grandes. Para mí es como una nueva versión de Babyface, alguien capaz de crear hits, con gran talento en el estudio. También fue muy sencillo: me dio el beat y establecimos una idea para la canción, compuse la melodía y más tarde él se unió a la fiesta, colaborando en el tema»
Encerrado en mitad la paradoja que supone ser un artista de éxito, y a la vez sufrir una situación familiar tan complicada como esta, resultaba lógico preguntarle por la responsabilidad de los artistas de RnB o hip-hop a la hora de señalar los problemas que sufre su comunidad. Sin poner nombres y apellidos, se mostró muy crítico con la actitud de muchos de sus compañeros de escena. «Hay gente que lo hace. Hay gente que habla de la brutalidad policial, de todas esas cosas. Pero la mayoría no. A la gente le gusta la fiesta, pasarlo bien; y creo que a muchos solo les importa ganar pasta y el resto del mundo se la suda. A mí sí me importan los demás; tengo mucha pasta, una casa impresionante y un buen carro, pero no puedo celebrar como me gustaría porque mi hermano está en la cárcel. Mucha gente intenta ir a lo seguro, pasar de todo, pero a mí no me interesa eso. Tenemos un propósito en la vida, ¿cuál es?».
Al otro lado del teléfono, nuestro interlocutor parece recuperar la sonrisa cuando le preguntamos por Kanye West. Su aparición en «Guard Down» es otra de las grandes sorpresas de su primer larga duración y Ty no duda en considerarla uno de los mejores momentos del proyecto. «Kanye es otro de los grandes. Para mí es como una nueva versión de Babyface, alguien capaz de crear hits, con gran talento en el estudio. También fue muy sencillo: me dio el beat y establecimos una idea para la canción, compuse la melodía y más tarde él se unió a la fiesta, colaborando en el tema. Se la puse a Puff Daddy y le enganchó, así que también metió una parte. Ya ves, como te digo, el álbum está lleno de leyendas… (Se ríe)». Dadas sus buenas relaciones dentro y fuera del estudio, quisimos saber si podremos escucharle en el próximo y esperadísimo disco de Yeezy. Entre carcajadas, Ty se resistió a soltar prenda. «¡Es una sorpresa, tío! No la arruines todavía… (Risas). Aunque eso sí, sus planes para 2016 están más que claros. «Haré una gira, un nuevo disco y puede que otra mixtape. Daré a mis seguidores lo que necesitan (…) Mejoraré aún más y espero tener más dinero… (Risas)». Lo primero ya es una relidad, a partir de febrero recorrerá el territorio norteamericano como invitado especial del ‘The Purple Reign Tour’ de Future.
Para concluir, y en nuestra vertiente más Jorge Javier Vázquez, nos preguntamos si sería algún día posible ver sentando la cabeza a un player como él. Entre risas, se apresuró a negar la mayor, aunque dejando una puerta entreabierta de cara al futuro. «¿Casado? ¿Quién sabe? Si Dios pone en mi camino una bella y joven esposa… A por ello. Una chica que tenga bien plantada la cabeza en los hombros». Ya sabéis chicas, la pelota está en vuestro tejado.