R. City

WHAT DREAMS ARE MADE OF

RCA Records/Sony Music, 2015

R&B/Pop/Reggae

Valoración: 5.5

Disponible en: Amazon | iTunes

La música está alcanzando unas cotas de ingobernabilidad tal que nadie marca unos márgenes en los que los ‘etiquetadores’ están un poco perdidos. Eso suele ocurrir con aquellos artistas que han estado navegando en la globalización de sus propuestas fruto de ser muy viajados e inquietos. Ello se ve reflejado en propuestas como las de este dúo de las Islas Vírgenes que lleva tiempo en Miami para que por fin su trabajo vea la luz tras innumerables mixtapes. Por el camino quedan asimismo producciones para artistas como Jennifer Hudson o Rihanna, por sólo poner un par de ejemplos. Vamos, que no han perdido el tiempo, se han enfadado, se han desenfadado con su discográfica, se han divorciado de ellos y aquí llegan, tarde o no, a un mercado en el que su propuesta no pierde vigencia alguna ya que su fuerte puede decirse que es su versátil producción.

No en vano, en este trabajo podemos encontrar todo tipo de aromas musicales, siempre con una especial querencia por la música positiva y bailable, aunque no exenta de ese mensaje social que coge el testigo por momentos de un Wyclef Jean al que hace tiempo que no tenemos controlado. La unión entre el Caribe, África y las pistas de baile de todo el mundo es ya una realidad palpable.

En este trabajo el dúo ha querido mostrar la citada versatilidad musical que atesora con temas más jamaicanos como «Like This«, de radiofórmula como «Locked Away» con el ubicuo Adam Levine, con ese baile pegajoso y efectivo que hará las delicias de las gyales que se escapan de casa a bailar como posesas. Hay momentos de ritmos sincopados tipo Trap pero ejecutados con calidad y buen gusto, además de darle ese tono ‘comercialón’ de quienes se saben ganadores y poseedores de la varita mágica del éxito.

Eso ya va sobre gustos, este largo no te hará redescubrir el oro de Sierra Leona, pero te entretendrá con ritmos por momentos propios del reggaetón, con guiños al dancehall clásico y con una sensación de tener todas las notas medidas hasta el paroxismo. Es gracioso que por momentos nos parezca estar en Jamaica y en la misma canción nos llevan hasta Ibiza con unos estribillos muy al estilo del David Guetta más hortera. Es lo que tiene querer reventarlo con un trabajo compuesto por hits llenapistas. Al menos no se olvidan de tocar la guitarrita y, es más, se acuerdan de sus hermanos en el struggle en temas como «Save My Soul». Bueno, aceptamos que quieran estar en misa y repicando porque si apostasen sólo por lo primero serían unos petardos y si sólo recordasen lo miserable que es el ser humano quizás nos llegarían a aburrir y aturdir. En el justo medio puede que esté la medida.