Danny lleva traje Hugo, camiseta American Vintage y zapatillas Nike | Fotografía by Alberto Rodríguez

Danny Ávila (1995, Marbella) es el único español en el Top 100 DJs de la publicación especializada DJ Mag, ocupando el lugar 41, en su cuarto año consecutivo dentro de la lista. El DJ y productor marbellí, no se considera mejor que los integrantes de la lista que están en posiciones más bajas que él, como Diplo y Deadmau5, pero se siente orgulloso de formar parte. Las cifras hablan por sí solas de su popularidad emergente: tiene 120 mill. de suscriptores en YouTube y casi dos millones de oyentes mensuales en Spotify, generados por su estilo de corte mainstream, siempre acompañado de voces. Ha colaborado con Tiestö, Famous Dex, The Vamps y Machine Gun Kelly, entre otros, atinando con la mezcla de música electrónica, pop, rap y RnB. Sus dos canciones más exitosas, “End of the Night” y “Too Good To Be True”, son producciones de EDM meloso, hechas para noches de verano, pero ha experimentado con nuevos estilos musicales, como se escuchó en “Save You  (No Advice)” donde los vocalistas alternan entre cadencias de rapeo de trap estadounidense y trap latino. Sin menospreciar sus dotes de productor, Ávila se describe a sí mismo como disc jockey lo primero de todo.


Su amor por la música se originó durante su preadolescencia, y se interesó en todo lo relacionado a la electrónica. Tiene 24 años, y empezó a pinchar antes de los 14, con una controladora “muy básica”, de forma autodidacta, dedicándole muchas horas en su hogar. Sus mayores influencias eran Erick Murillo, Axwell y Roger Sánchez. “Disc jockeys de verdad, que los ves y técnicamente son muy, muy buenos; entonces, eran mis referentes, yo quería absorber todos los trucos que hacían ellos, y en mis sets más currados a lo mejor puedes ver algunos de sus trucos”, comenta después de la sesión de fotos en la que sus dotes como modelo no pasan desapercibidas. Un par de años después, comenzó a tocar en fiestas para menores de edad, organizadas por su hermano (Sandro), en su natal Marbella. Incluso en aquella época, Danny no pretendía ser un pez grande en un estanque pequeño, por lo cual estaba deseoso por mudarse a un sitio donde pudiera desarrollar mejor sus habilidades.

Danny lleva traje Asos y colgantes Thomas Sabo | Fotografía by Alberto Rodríguez
Me fliparía hacer un álbum, pero antes creo que debo desarrollar más mi carrera musical, pulir algunas cosas”  – DANNY AVILA
Danny lleva traje Hugo y gafas Diesel | Fotografía by Alberto Rodríguez

Un asunto familiar supuso la oportunidad que esperaba: sus padres se divorciaron, y por temas económicos, su progenitor decidió mudarse a Madrid en búsqueda de nuevas oportunidades, y Danny se fue con él a la gran ciudad. A los 15 años, se convirtió en DJ residente de Teatro Kapital, un reputado club madrileño tras una prueba que le consiguió DJ Nano. Ávila era uno de los pocos, por no decir que era el único disc jockey de su edad pinchando en la escena española en aquel entonces. Se unió a un mánager español, y comenzó a hacer “de todo” para que lo notaran, sin lograr nada. En una ocasión, fue telonero de Fedde Le Grand, y al parecer, al neerlandés le gustó tanto el set de Danny que le envió vídeos a su mánager, el alemán Kai Hortsmann. Al siguiente día, el marbellí recibió un correo de Kai preguntándole si se podían juntar para discutir un plan de rango mundial que lo ayudaría a construir una “carrera apropiada”, y desde ese día, trabajan juntos.


Adora tocar en vivo, especialmente en lugares donde usualmente no hay eventos de música electrónica. “Los sitios que no suelen recibir artistas a menudo, como India, Etiopia, o México, donde no hay una gran cantidad de festivales, a la hora de un artista actuar, el público lo da todo; no es lo mismo que en Nueva York, donde hay un evento cada dos días, y es más complicado sorprender a la gente”, asegura. Ha considerado varias veces mudarse a Miami o a Los Ángeles, pero se hasta ahora se ha retractado porque, “al final, estamos tanto tiempo fuera de España, con una agenda tan apretada, que creo que es bonito y necesario llegar a un sitio donde te sientas en casa (…) creo que el irme a otro sitio, cambiar de entorno, me descentraría un poco la película, aunque no lo descarto”. Su hermano Sandro ejerce de mánager day by day, y lo acompaña a todos lados. Además, Danny ha plasmado el amor por su familia y por sus raíces en su piel.

Danny lleva traje Hugo | Fotografía by Alberto Rodríguez
Danny lleva traje Hugo y gafas Diesel | Fotografía by Alberto Rodríguez
Danny lleva traje Asos y colgantes Thomas Sabo | Fotografía by Alberto Rodríguez

En la parte interior de su brazo izquierdo narra la historia de la separación de su familia, y la persecución de sus sueños. “Tengo tatuado cómo de pequeño me tuve que mudar de Marbella a Madrid, dejando a mi familia atrás, sólo con mi padre, por eso tengo una figura suya: También tengo la silueta de la cara de mi madre, con un ojo abajo, que representa que mi madre tuvo que verme yéndome de casa con mi padre de la mano. Luego abajo tengo un reloj tatuado, con fechas, la edad que tenía cuando pasó eso y las fechas de nacimientos de mis padres”. En el hombro del mismo brazo tiene a un dios griego y la letra “L”, en honor a su fallecido abuelo, Laureano. En otras partes de su cuerpo se tatuó las fechas de nacimiento de sus hermanos. Tiene un enorme tigre en la espalda, y otros tatuajes como palomas y rosas, que no significan nada más que gusto estético.


Ávila reconoce que la mayoría de fans, seguidores y presentaciones que ha sumado han sido por su trayectoria como DJ en vivo; sin embargo considera que el 2019 fue el año en el que: “conseguí sacar el mayor número de canciones, entre 10 o 12 canciones, un poco de todo tipo de género, más vocal, más de pista, más de festival, lo cual era el propósito”. Como se mencionó al inicio, su catálogo fluye hacia distintos cauces, experimentando. Danny lo ha hecho así para tratar de encontrarse a sí mismo musicalmente, lo que representa su meta para el 2020. “El plan es centralizar, estoy intentando encontrar un poco más mi sonido, y conseguir, a lo mejor, la misma cantidad de canciones, pero con un poco más de identidad musical”, dice. Identifica que su proyecto artístico tiene dos vertientes: una de pinchar en clubes y festivales, y otra mainstream, respaldada por su contrato con Sony Music Spain. Entre las dos, como productor, se siente más identificado con el Pop.

Danny lleva traje Dsquared2 y camisa Asos | Fotografía by Alberto Rodríguez
“Produzco el 80% o 90% de mi música en el estudio de mi casa, pero intento crear ideas cuando estoy viajando”  – DANNY AVILA
Danny lleva traje Asos | Fotografía by Alberto Rodríguez

De hecho, su canción favorita es “Too Good to be True”, su primer lanzamiento a través de la multinacional. Estrenado en el 2018 cumplía con los requisitos para ser un éxito radial y de streams. Ahora, intenta cosas nuevas, y con un estilo “atrevido” y “un rollo un poco a lo Billie Eilish”, publicó su primera canción del 2020, “Human”. Además, entre sus metas futuras también está ayudar a fortalecer la escena electrónica mainstream en España, pues considera que, al contrario del avanzado underground español, necesita fuerza. “Por eso decidí tan pequeño irme a trabajar fuera, porque creo que hay mucho que aprender y absorber de otros países, en los cuales los DJs y productores están haciendo equipo entre ellos, y creciendo juntos (…) hay que ver nuevos talentos y colaborar”, señala.


Sabe de primera mano los beneficios de una colaboración, después de ser apadrinado por Tiestö durante un par de años. El icono holandés vio a Danny tocar un set en el local Blue Marlin de Ibiza, intercambiaron números, y pronto el marbellí estaba de gira con la leyenda. Ávila cada vez se siente más a gusto pinchando en grandes escenarios: se ha presentado dos veces en Ultra, y este año lo hará por tercera ocasión consecutiva en Tomorrowland. “Me gusta que mis sets sean dinámicos e involucrar a la gente; me gusta leer al público, son sesiones enérgicas”, cuenta. Una vez, en Alemania, tocó desde la apertura hasta el cierre. Ocho horas sin parar, pero la duración estándar de sus sets varía de una hora y media a dos horas. “En una hora de actuación tal vez no nos ven hacer mucho, pero estamos demostrando lo que nos tomó miles de horas en el estudio”, explica.

Danny lleva traje Hugo | Fotografía by Alberto Rodríguez
Danny lleva traje Dsquared2 y camisa Asos | Fotografía by Alberto Rodríguez

 

CRÉDITOS

Texto: José Manuel Guzmán
Fotografía: Alberto Rodríguez
Estilismo: Teresa Serrano
Makeup: Jasmeen Da Graça Vasconcelos
Peluquería: Are You Ready?
Agradecimientos: Blow Up Studio