R. Kelly - THE BUFFET | Discos | UMOMAG

R. Kelly

THE BUFFET

RCA Records/Sony, 2015

R&B/Urban

Valoración: 7.5

Disponible en: Amazon | iTunes

Un buffet es un lugar en el que comes lo que quieres por el mismo precio, aunque acabes por hacerlo por pura gula. A veces, la calidad de estos establecimientos de ‘All you can eat’ dejan bastante que desear. Lo que ha hecho Kellz es facturar un álbum marca de la casa, pero con esas concesiones que nunca quiere dejar atrás para no cambiar de estantería en las escasas tiendas de discos que restan en las ciudades o en la categoría musical de Spotify. Todos sabemos que la edad no es más que un número, como diría su querida (y malograda) Aaliyah, y el de Chicago siempre nos lo recuerda estando más “in” que nadie.

Y está más que clarinete que este aficionado al baloncesto casi nunca falla, pero a veces se pasa de ofrecer cosas en el citado buffet. Que haces bien la carne, no te pongas a freír pescado aunque cambies el aceite, luego puedes acabar con retortijones musicales. Sin embargo, se ha sacado de la chistera esa perfecta alquimia entre el Soul, el R&B y el Hip-Hop que le hacen el rey y emperador después de la pérdida irreparable de Michael. Nadie puede toserle.

La diferencia entre un artista que produce como Robert es que puede llevarse a su terreno a un Juicy J correcto, a una Jhené Aiko en su sitio y a los ‘macarras’ de turno para dibujar un Trap bien ejecutado. Lo gracioso es que cualquier reto que se le ponga por delante lo sabe llevar a buen término pareciendo que haya sido él mismo el que inventó el propio subgénero. En ciertos temas como «Wanna Be There» flojea porque su tono melódico no está acorde con la instrumental, no ensamblan las piezas. Pero claro… pasas (de) ese tema, llega «All My Fault» y me sello la boca con miel. El ‘one step’ de R. Kelly es infalible e intemporal.

«Wake Up Everybody» destapa el tarro de las esencias de tal forma que volvemos a creer en la vida, en la música, porque en Roberto nunca dejamos de hacerlo. Y claro, cuando pensabas que los entrantes eran aceptables…llegan los postres. Apresúrate a hacerte con ellos porque desaparecerán del buffet, pero saboréalos sin mancharte el traje, con mesura y con esa mirada fija en la persona a la que seduces. Cada vez que haces eso, el chef Kelly se relame porque has caído por enésima vez en sus redes musicales. Con este dispendio musical… ¿quién necesita servicio de camareros, servilletas e incluso menú? Déjate llevar por esta experiencia musical, pero nunca te quedes en los entrantes, los postres pueden sorprenderte.

NOTA: No le tengas en cuenta «I Just Wanna Thank You», sólo es un poco de calypso.