Fotografía by Dan Wilton

Inauguramos el año de entrevistas con un protagonista especial, el cantante y compositor londinense Jamie Woon. El 2015 marcaba su vuelta al circuito musical, casi cuatro años después de firmar aquel brillante debut titulado Mirrorwriting. Entre lo vintage y lo moderno, como bien se encarga él mismo de recalar, presenta Making Time (PMR). Un segundo trabajo más intimista que ha grabado rodeado de músicos de confianza y sin miedo al qué dirán. Relajado y con ganas de expresar sus pensamientos, Woon nos habla de su hiatus, el estado de la música británica, el cambio de discográfica y los atentados de París.

 

UMOMAG.com: En abril de 2011 publicabas Mirrorwriting, tu álbum debut. Después de aquello desapareciste del mapa…y hasta ahora. ¿Qué te llevó a tomar esta decisión? ¿Te viste obligado a parar y encontrar de nuevo tu camino?

Jamie Woon: Mi intención no era desaparecer durante tanto tiempo; sabía que quería grabar otro disco. Es cierto que me tomé un respiro, viajé a varios países, entre ellos China, y empecé a colaborar con distintos artistas a la vez que buscaba el sonido de mi próximo trabajo. El proceso creativo fue algo distinto al normal, ya que utilicé un enfoque de interpretación en vivo; tuve que encontrar los músicos, el ingeniero y el productor adecuados. Probé diferentes opciones hasta que di con mi equipo y fue entonces cuando comenzamos la grabación del álbum, en febrero de 2014. Siempre he estado trabajando, pero llevó cierto tiempo encontrar a toda esta gente.

Sí, hay algo de eso. Mi primer trabajo obtuvo bastante repercusión y tuve la suerte de viajar a muchos sitios para presentarlo. Ya llevaba algún tiempo haciendo música pero supuso un gran cambio en mi vida tener un disco en la calle y darme a conocer. Como antes comenté, me tomé un tiempo para decidir qué dirección seguir a partir de ahí, analizando qué quería cambiar. Y también necesitaba cierto espacio personal, ya que no hago música porque sí sino que necesito de cierta inspiración.


UMOMAG: 3 años fuera del circuito musical es demasiado tiempo para cualquier artista hoy en día, más aún cuando publicas tu primer LP. ¿Te ha costado asumir y acostumbrarte a todos los cambios que ha habido desde entonces? Internet, redes sociales…

JW: Editar música es diferente ahora. A veces es casi estúpido invertir mucho tiempo trabajando en un álbum, puesto que la gente no compra álbumes ya. Pero a mí me gusta un buen LP, siempre recuerdo escuchar álbumes cuando empecé a interesarme por la música siendo un chaval. Es excitante cuando encuentras uno que te gusta, y en cierto modo trato de agradar a esa versión de mí mismo que ahora tenga 15 años; aunque puede que comercialmente no tenga mucho sentido hoy día. La música va cambiando y hemos de adaptarnos a ello; es una locura que puedas ver la reacción de la gente a tu música de forma casi inmediata. Me encanta la posibilidad de compartir esa música con mis seguidores y conocer su opinión rápidamente. Me gusta esa situación y quiero seguir lanzando música al mercado.

UMOMAG: Se nota que este segundo álbum, Making Time, nace sin pretensiones de ventas ni presiones externas. Da la impresión que has hecho lo que has querido sin importante nada más que la música, ¿es así, tal cual?

JW: Por supuesto. He tenido suerte pero también he trabajado bastante para tener el tipo de control que tengo sobre mi música. Me lo tomo en serio y solo quiero hacer música que me parezca honesta, de la que me sienta orgulloso. Por eso he tomado ciertos riesgos pero me he divertido mucho en el proceso de elaboración del álbum trabajando con todo el equipo, con todos los músicos y con Lexxx, el productor. Con el disco en la calle, puedo decirte que quizá edite nuevo material en este año que acabamos de comenzar.

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UMOMAG: A diferencia de tu primer trabajo, Making Time es mucho más orgánico, con instrumentación en vivo, guitarra, sonido acústico y menos electrónico. ¿Cómo has concebido la grabación de este nuevo disco a diferencia del primero?

JW: La principal diferencia es que el primer álbum lo llevaba en mi ordenador portátil, me encargué yo mismo de casi todo el trabajo, incluyendo gran parte de la mezcla. En este nuevo proyecto tenía ganas de trabajar con el baterista Dan See y el bajista Dan Gulino, quería escuchar sus instrumentos bien grabados en una buena sala. La parte más satisfactoria de este trabajo ha sido colaborar con otros, tener otras personas conmigo en el estudio; ha sido un proceso mucho más ‘social’ que simplemente grabar en tu propio dormitorio como hice en el disco anterior. Esta vez no he tenido que preocuparme en absoluto por los aspectos técnicos y eso me ha dado mucha más libertad para concentrarme en los arreglos, en las letras y obtener lo que quería de los músicos.


UMOMAG: Citas Voodoo de D’Angelo como una de tus principales influencias en este disco, y no hay duda que es una de ellas. También hay mucho de Maxwell en tracks como «Message» o «Sharpness», y hasta de Babyface («Little Wonder»). ¿Has querido alejarte de cualquier tendencia actual y recuperar un sonido más añejo?

JW: Me gustan mucho los discos antiguos y el modo en que suenan. Y no debemos olvidarnos de las técnicas que utilizaban en esas grabaciones solo porque son antiguas; siguen siendo válidas. He intentado mezclar el lado vintage con un toque moderno; queríamos que el álbum sonase a 2015 pero que mantuviese el espíritu de esos discos más antiguos. Aunque el estilo no me parece importante, no pienso en absoluto en él; el objetivo principal ha sido hacer las cosas de forma simple, con un buen groove y manteniendo la honestidad. Ha sido bastante sencillo porque he contado con grandes músicos, que tienen un sonido estupendo; al grabarlos, dejan toda su experiencia e influencias dentro de las canciones. Son gente experta en soul, funk y jazz, y eso se nota en el resultado final.

UMOMAG: ¿Eres tan profundo y reflexivo en todas las parcelas de tu vida como lo eres en lo musical?

JW: (Risas). A veces soy serio, pero también me gusta divertirme. Deberíamos salir a tomar unas copas y conocerías otra cara de mí…