La 89ª ceremonia de los Oscars fue bastante atípica, y no sólo por ese garrafal error final en la entrega de la estatuilla a la Mejor Película sino también por la apertura musical a modo de jam session de la mano de Justin Timberlake.

El cantante y actor de Memphis, que acudió a la ceremonia acompañado por su mujer Jessica Biel (con un espectacular collar de Tiffany & Co), puso en pie al Dolby Theatre de Hollywood (California) con la imparable y pegadiza «Can’t Stop The Feeling». Fueron muy pocos los actores, actrices e invitados que no se levantaron de su butaca para moverse al ritmo del tema original de ‘Trolls’. «Dance, Dance, Dance…».

Por desgracia para Justin, con quien el presentador Jimmy Kimmel bromeó con una posible reunión de NSYNC, la noche no pudo ser del todo redonda ya que el Oscar a la Mejor Canción Original fue para el ‘La La Land’.