Danny Brown

OLD

Fool’s Gold Records, 2013

Rap

Valoración: 7.0

Disponible en: Amazon | Itunes

Cuentan que en sus comienzos Danny Brown estuvo a punto de ser fichado por G-Unit. Descubierto por Tony Yayo, afirman que 50 Cent rechazó firmarlo para al sello ya que, al parecer, su look desaliñado y su afición a los skinny jeans no encajaba con la supuesta imagen de un rapper. Hoy, viendo a Danny Brown situado a la vera de A$AP Rocky como ojito derecho de la prensa hipster internacional, y a G-Unit convertidos en un esperpéntico colectivo con un personaje de «Jersey Shore» como principal activo, nos da la sensación de que, una vez más, el tiempo ha puesto a cada uno en su lugar.

Como su anterior disco, Old llega a nosotros bajo el amparo de A-Trak y su Fool’s Gold. Principal valedor de Brown desde su explosión en 2011, el reputado deejay ha dispuesto todos los elementos para que el MC de Detroit explore a conciencia el batiburrillo musical que puebla su cabeza, y que en el tracklist veremos dividido, de manera más conceptual que musical en dos caras.

En lo lírico, muy pocas sorpresas se llevarán los que ya conozcan su obra previa. Lejanamente emparentado con artistas como Ol’ Dirty Bastard o incluso Mac Dre, su histriónico fraseo y su afición al humor negro probablemente sean dos de sus estilemas más reconocibles. Un discurso descarnado y humorístico a la vez, que en Old da la impresión de haber pulido como nunca, ofreciéndonos momentos tan brillantes como «Dope Fiend Rental» junto a SchoolBoy Q.

Sin embargo, será en el aspecto musical donde vengan las principales novedades. Y es que aunque tracks como «Torture» o «Gremlins», ambos producidas por Oh No, se encarguen de recordarnos la influencia que Detroit y el legado de J Dilla tienen en su música, Danny Brown es cualquier cosa menos un nostálgico. Su planteamiento pasa por llevar a su terreno el sonido y las múltiples influencias del hip-hop actual, para luego mezclarlas con el legado musical de ciudades como Nueva York o Detroit.

De este modo, y en un registro opuesto al de Oh No, nos encontraremos con A-Trak, SKYWLKR o Rustie ofreciéndole un colchón sonoro de perfil electrónico, repleto de guiños a géneros tan extremos como el trap o el grime. Un calculado malabarismo que parece buscar el punto de encuentro entre lo viejo y lo nuevo, pero que en el disco lucirá con desiguales resultados. No obstante, bangers como «Smokin’ and Drinkin'», «Kush Coma» junto a A$AP Rocky o «Way Up Here» con Ab-Soul muestran la mejor cara de una propuesta fresca y relativamente arriesgada de cara al público mainstream estándar al que, en todo caso, tampoco parece dirigido el álbum.