Duck Sauce
QUACK
Fool’s Gold Records, 2014
Disco/House
Valoración: 7.0
Disponible en: Amazon | iTunes
Ya desde sus inicios el dúo Duck Sauce, formado por los disc jockeys A-Trak y la leyenda del house neoyorkino Armand Van Helden, pronosticaban un sonido totalmente distinto y sobre todo mucho mucho humor, como sugieren los temas con los que saltaron a la fama -el rompepistas «Barbara Streisand» (que también se encuentra en este álbum) o «Big Bad Wolf»- y sus vídeos. La portada de Quack, su álbum debut, en el que aparece la Gioconda en blanco y negro con un pico de pato a color como el del Pato Donald indica, que en cuanto a humor, el proyecto tampoco se queda corto.
A pesar de las muchas críticas recibidas por lanzar tan sólo unos cuantos singles en estos últimos cinco años antes de Quack, puede decirse que la espera ha merecido la pena. En este trabajo de 12 temas «sample-délicos», Duck Sauce son capaces de mezclar con fenomenal destreza sonidos de clásicos del dance-pop y house de los años setenta y ochenta y del hip-hop de mediados de los 90 que invitan a bailar. ¿La fórmula? En cada tema, un detallado beat house siempre club-friendly; samples vocales en loop ochenteros, a menudo gritones y estridentes, propios de una clase de fitness; y una tira de diálogo cómico al final de cada tema haciendo referencia de un modo u otro al dúo y su música.
Dos de las cosas que más llaman la atención de este trabajo son, por una parte, la gran presencia del hip-hop, incluso si pasa desapercibido para muchos, en forma de «skits» cómicos, emulando al viejo Dr. Dre; y lo bien que interacciona con el resto de estilos. Por otra parte, la producción del álbum y su heterogeneidad. El track «Charlie Chazz and Rappin Ralph», por ejemplo, parece sacado del boom housero de los años 90 mientras que otros temas como «Anyway» o «Goody Two Shoes» suenan totalmente a los 70 post-disco (sobre todo gracias a los samples vocales). «NRG», uno de los tracks más entrañables y pegadizos junto con «Anyway», goza de una producción excelente: sinte-pop ochentero al que se le une una cañera guitarra de rock.
Por supuesto que no todo el álbum es excelente. «Everyone», en la que colabora Teddy Toothpick, y “Ring Me” son más bien aburridas y repetitivas. Pero la gran decepción sin duda se la lleva la versión remix de «Barbara Streisand», con toques Daft-Punkianos, no hace saltar como la versión original. Sin embargo, todos los peros se ven compensados por las líneas humorísticas al final de cada canción, que a pesar de poder resultar algo tediosas hacen reír sin duda.
El álbum agrada mucho más de lo esperado. Los sonidos suenan bien juntos y resultan en un mix que hace mover la cabeza incluso a los que no sean muy fans de la música disco. Duck Sauce han demostrado, que no siguen convencionalidades de ningún tipo, marcando un camino propio en la música electrónica actual. Sólo queda esperar que no nos hagan esperar otros cinco años para disfrutar de su creatividad.