Kelis
FOOD
Ninja Tune Records, 2014
R&B/Soul/Electrónica
Valoración: 8.0
Disponible en: Amazon | iTunes
Food es el primer álbum que lanza la dos veces nominada a los Grammy Kelis desde 2010, después de su ruptura con el rapero Nas. Y aunque no es tan obvio ni explícito como el Life Is Good de su ex, éste no deja de ser un álbum ruptura, en el que la cantante de R&B habla no sólo de su relación pasada sino también de un ingrediente clave en su vida: la cocina.
La carrera musical de Kelis siempre se ha visto influenciada por su carrera culinaria, como indica el título del álbum, aunque no siempre ha sido fácil compaginarlos. En este nuevo trabajo, la artista se reinventa con un estilo híbrido rock-soul/jazz, alejándose de los sonidos R&B-Pop con los que saltó a la fama («Kaleidoscope» o «Tasty», por ejemplo). «Breakfast», primer track, introducido por su hijo de cuatro años, es indicativo de por donde van los tiros. Con una banda en directo completa (con su sección de trompa al completo) y vocales soul, «Jerk Ribs», continúa en la misma línea y es una declaración de intenciones en toda regla: ya sea con un tono triunfal como en «Forever Be», más melancólico como en «Floyd» o más desgarrador como en «Runnin», el soul gana por goleada.
Pero no todo es sólo soul. «Cobbler», con la intro en español latino, es suave, agradable y muy funk. Pero si llama la atención no es por su rollo a lo James Brown sino por el despliegue vocal al final del tema con una octava prácticamente imposible. Fuera del soul también la cover de «Bless The Telephone» a dúo con Sal Masekela (originalmente cantado por Labi Siffre en los 70) es una balada acústica que podría perfectamente ser de Ed Sheeran. El álbum, es esencia pura. Nas está ‘presente’, como en «Rumble», donde más referencia explícita lírica se hace sobre el artista. Pero hay mucho más: las inquietudes de Kelis a sus 34 años, la cocina, su hijo, su ya mencionada relación y también su lado más sexy e irreverente («Friday Fish Fry»).
La producción, en su mayoría a manos de Dave Sitek, más conocido por ser uno de los integrantes del grupo TV on the Radio, es una delicia porque consigue transportarnos al mundo del soul y R&B más clásicos. La base oscura, los órganos, y sobre todo los instrumentos de trompa en todas sus variables plantean el equilibrio entre la música de ahora y la de aquellos años 60 y 70.
La composición es consistente, todos los tracks del álbum encajan, no hay disonancias. La voz de Kelis suena cómoda en este estilo. Al igual que otras artistas post-soul, como Janelle Monaé o Dawn Richard, lo que más atrae del álbum es que se rescatan sonidos y ritmos blues old school, sin volver necesariamente al retro; aquí lo actual y lo vintage van de la mano para bien. Independientemente de que no todas las canciones resultan entrañables desde un punto de vista personal, la calidad es palpable, el álbum se mantiene en la misma línea sin ser aburrido ni repetitivo; además de que las primeras notas de «Breakfast» ganan a cualquier fan de India.Arie. Ahora la pregunta es, ¿qué más tiene que ofrecer Kelis dentro de este género?.