Raheem DeVaughn

A PLACE CALLED LOVELAND

Mass Appeal Ent., 2013

R&B/Soul

Valoración: 8.0

Disponible en: Amazon | Itunes

Puede sonar a tópico, pero fue regresar y vencer. Quizá para muchos, la espera del comeback de uno de los referentes en los últimos años en el panorama del R&B se haya hecho larga, pero ha merecido la pena con creces, sobre todo para los amantes de este género musical, que sabrán sin duda apreciar su último disco, porque en sí, nunca se había ido. Cabe destacar aparte de la elegancia del rhythm and blues, el hecho de que el propio Raheem DeVaughn lo haya hecho suyo, particularizándolo y personificándolo a su imagen y semejanza, y el hecho de que no haya podido elegir mejor calificativo para denominar el nombre de su nuevo trabajo.

Su nuevo trabajo nos adentra en un paraíso peculiar donde los sentimientos y la elegancia que caracterizan a este estilo se hacen notar y sentir. Si su objetivo era introducir al oyente en una aureola mística, donde la sensualidad, la magia y el romanticismo se hacen uno, sin lugar a dudas, lo ha conseguido.

El compositor de Newark (Nueva Jersey) ha logrado con su último trabajo una evolución más que aceptable a tenor de su anterior disco (The Love & War MasterPeace), donde se aprecia una inusitada madurez y la dedicación exclusiva, mostrada en los resultados que ofrece. Junto a todo esto, podemos comprobar como cada uno de los temas que dan forma a esa criatura que lleva por título A Place Called Loveland, derrocha armonía y un cuidado estético desde la producción.

Sin lugar a dudas , en ese viaje que nos propone Raheem, destacan varios temas que logran aglutinar el mensaje que él mismo pretende transmitir, como son: «Ridiculous», «Cry Baby», «Make a Baby», «Complicated», «Greatest Love» y «Maker of Love», incluso su interlude con Jazz de Dru Hill en «Dear Love Queen». En todas ellas la belleza y la sensualidad son dignas de elogio.

Con ayuda en la composición de canciones de Ne-Yo y la producción a través de talentos como Mario Winans o Carvin & Ivan, Raheem demuestra porqué la importancia del amor y del sentimiento puesto al servicio de la música nos transmite ese mensaje que jamás debiera perderse.

En definitiva un regalo para los sentidos y, sin duda, muy recomendable.