Raury
ALL WE NEED
Columbia Records/Sony Music, 2015
RnB Alternativo
Valoración: 8.0
Disponible en: Amazon | iTunes
El artista Raury, bien podría ser el ejemplo de que la juventud no es en lo absoluto un problema para hacer las cosas bien. A sus 19 años el cantante de Atlanta, Georgia, acaba de lanzar su primer álbum All We Need a cargo del sello Columbia Records. Aunque desde hace poco más de un año viene cobrando importancia gracias a su EP Indigo Child, trabajo que lo sitúo entre los jóvenes de su edad y de cara a la crítica como una de esas estrellas emergentes con halo propio. A golpe de oído Raury es un millennial característico, con un don especial para hacer música.
Una de las señales más representativas del de Georgia y este All We Need está en los estilos y la manera limpia que el chico tiene para mezclarlos. No, no podemos decir que sea la calcomanía de alguien que hayamos oído tiempo a tras; no, no podemos decir que es una copia, más bien, lo único que podemos sugerir es que es un innovador que ha creado su propio cajón de sastre. Si no fuese de esta manera… ¿Cómo es posible pasar del indie y el folk al hip-hop metiendo la electrónica en tres o cuatro notas, sin que el reflejo de tu trabajo sea catalogado como «raruno»? Este casi veinteañero prodigio ha logrado que eso no suene disonante en una consecución de 14 canciones.
Para ejemplificar esto de la mezcla de estilos que maneja este señor, sólo tenemos que irnos a sus canciones «All We Need», «Devil’s Whisper» o «Her», son indie folk al más puro estilo Fleet Foxes, Bon Iver o Band of Horses si cabe. Mientras que «Trap Tears» y «Woodcrest Manor II», son el reflejo de la electrónica más el hip-hop de puntos de oscuros que trajo aquel olvidado Kid Cudi en su momento. ¿Qué es lo nuevo entonces? Que las transiciones de un track a otro no dejan sensación de discordancia, no hay fealdades pese a la mezcolanza.
Si nos vamos a las letras, también son dignas de ser escuchadas atentamente. Estas canciones llevan implícitas consignas sobre la paz, el amor y su propia generación. No se habla aquí de grandes sumas de dólares, y el número de bitches y de niggas se rebajan entre sus versos. Es un disco que se las da de muy feliz, a veces muy introspectivo, en ocasiones un poco rosa; pero que sin embargo, tiene mensajes clarividentes como el de «Forbidden Knowledge», que habla de la burbuja de internet, las nuevas tecnologías y su uso entre los jóvenes, o «Revolution» y «Kingdom Come» que invitan a su público a moverse en post de nuestra propia naturaleza.
En resumen, se trata de un disco puro y limpio realizado por un alma, la de Raury, aún sin corromper, aún sin querer ser producto. Un millennial que por su pasión por el trabajo atrae tanto a artistas de la talla de Kane West como a Ms Lauryn Hill, quienes ya comienzan a rifárselo para alguna de sus actuaciones. No importa mucho si no lo entendemos en un primer momento, está hecho para los que vienen detrás, aquellos que por las nuevas tecnologías tienen otra manera de pensar.