Tras cinco largos años de tira y afloja legal, un juez ha determinado finalmente que Robin Thicke y Pharrell Williams -los artistas responsables del hit «Blurred Lines» (2013)- tienen que pagar 5 millones de dólares a la familia del desaparecido crooner Marvin Gaye.
La pareja de músicos fue demanda por una infracción de derechos de autor, lo que en el negocio musical se conoce como copyright infringement, debido a las similitudes del clásico «Got To Give It Up» (1977) de Gaye con el tema de Thicke y Williams, en el que también participaba el rapero T.I.
En 2015, un juez dictaminó que Pharrell y Robin Thicke debían 7 mill. a Gaye pero, después de apelar, el nuevo fallo dado por un juez del estado de California ha reducido esa la cantidad a casi 5 millones de dólares. La familia de Gaye también se asegura el 50% de las ganancias de los royalties de «Blurred Lines» en el futuro.
Por otro lado, Robin Thicke acaba de lanzar su primera canción en años llamada «Testify», de estilo acústico, con la que además comienza una nueva etapa como artista independiente después de su sonado divorcio de la actriz Paula Patton.