1. Notorious BIG – LIFE AFTER DEATH (1997)
Editado después de su muerte, el segundo álbum de Biggie se sitúa todavía hoy como uno de los grandes highlights de la música negra durante los años 90. Un doble álbum concebido como evidente respuesta al también doble All Eyez On Me de 2Pac, y en el que Puffy puso toda la carne, y la chequera, en el asador. Producido casi en su totalidad por un Steve J en su mejor momento, lejos aún del freak de reality televisivo que es hoy, el disco sirvió no sólo para entronar a Biggie como leyenda eterna del Hip-Hop, sino también para ofrecernos la versión definitiva de ese cruce entre Pop, Rap, Ghetto y gangsterismo light a la que Diddy seguía dando vueltas desde los primeros días del sello. Una fórmula que desde entonces, y hasta la ascensión y caída de G-Unit o Murder Inc, quedaría grabada a fuego en el ADN del rap neoyorquino.