Cambiamos nuestros malos hábitos y no llegamos con el tiempo justo de ver el show, sino que nos deleitamos con la armonía vital y humana que reinaba en el camerino de esta gran familia de músicos e intérpretes poco antes de pisar las tablas. Si bien la sección vocal de los Emeterians es la que ha primado en muchas de las apariciones de otros artistas, la formación al completo de esta banda madrileña es una conjunción perfecta, toda una familia.

Además, si a esto le unimos el hecho de que Ras Kuko , junto al saxofonista Barry y el guitarrista Bratt, procedentes todos ellos de la clásica banda Mad Sensi, sólo resta disfrutar.

Fueron fieles a los espejos jamaicanos en los que se proyectan para crear su arte. Y eso es algo que no sólo se refleja en una estética cuidada, sino en una manera de concebir la bandera que enarbolan: la de unidad. Aquí no hay poses ni florituras, sencillamente amor por el Reggae Roots, con las dosis justas de Soul y, ante todo, buena música.

La Sala Caracol vibró en una noche en la que se compartía protagonismo con otro evento de marcado sabor reggae: el Décimo Aniversario de Unity Sound, con muchos invitados también de excepción.

Sin embargo, la eclosión de la escena es una realidad y se demostró en sendos éxitos en la convocatoria de ambos eventos. Esta multitudinaria banda interpretó todos y cada uno de los temas con un mimetismo a la grabación de estudio que no hizo sino demostrar que esta banda no precisa de añadidos de post producción, son tal cual les escuchamos en directo.

Las influencias huelga decirlas: Gladiators, Wailers, Dennis Brown, etc…Y unas voces que pronuncian el patois con una dicción asombrosa y una autenticidad que raras veces se da con tanta rotundidad. Temas soberbios como «Too Many Weapons», «Blue Lights» o el magnífico «Send Me Some Love» hicieron de esta tarde de sábado una cita inolvidable.