El soul moderno de Chicago de la mano de JC Brooks & The Uptown Sound aterrizó la noche del pasado viernes (25 Oct.) en el Moby Dick Club, para despertar de la rutina de la semana a los que quisieron pasar un buen rato. La entrada de la banda pilló por sorpresa a los allí congregados, pero en cuanto Billy Bungeroth (guitarra), Ben Taylor (bajo), Kevin Marks (batería) y Andy Rosenstein (teclado) ocuparon su lugar, toda la atención del aforo al completo se centró en ellos. Minutos después y a ritmo del tema «Get It Together» el reverendo’ vocalista JC Brooks con las manos en alto y acompañado de su tremendo vozarrón subió su metro ochenta y picazo de altura al escenario, con esa planta el soul estaba asegurado.

Decía Platón que «la música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo», puede que éste sea el caso de JC, ya que nada más empezar el concierto y tras calentar con «Berry Please» nos desvelaba que hasta hacía poco había padecido «una infección en la voz». Detalle que no se le notó lo más mínimo al entonar «I Can See Everything», muestra de que no hay nada que una buena inyección de soul no puede curar.

Con Brooks y los suyos adueñándose del escenario de la Moby Dick, y con todo el público enganchado a sus bolsillos, llegó la hora de presentar algunas canciones de su nuevo álbum Howl (2013, Bloodshot Records), el tercero en la carrera de los de Illinois. «Rouse Yourself», «Married For a Week» y la mismísima «Howl» fueron las elegidas para poner una pica en la capital.

No faltaron las melodías de sus discos anteriores, tales como «I Got High», «Alright» o «Baltimore Is The New Brooklyn». Tampoco escasearon en el espectáculo sus divertidas y curradas versiones, con «(Sittin’ On) The Dock of the Bay» de Otis Redding, JC puso al público a trabajar el tarareo, y al sonar «Tainted Love» más de uno se desgañito y se dejó las caderas a pie de pista. Su entretenida versión de «I’m Trying to Break Your Heart» de Wilco incluida en su anterior trabajo Want More (2011), se hizo esperar, llegó como agua de octubre ya casi al final de la velada, pero todos estaban más que calientes para bailarla.

Con un show que enganchó desde el primer minuto, JC Brooks & The Uptown Sound no perdieron el fuelle necesario para mantener a la platea interesada en lo que allá arriba estaba pasando. Su mezcla explosiva de soul, funk, rock y post-punk no dejó indiferente a nadie y las dotes de showman de Brooks encima del escenario causaron furor, con sus bailes y sus movimientos de pies y caderas manejó el corrillo a su santa voluntad.

La banda impecable, ayudando en las voces, acompasados y sincronizados todos y Brooks un líder carismático con mucha presencia, probando así que estamos ante un conjunto de sobra consolidado. Para acabar la noche, entre risas nos regalaron una canción más de su repertorio, «No Diggity» de Blackstreet, un brindis final por los 90 que no vino nada mal.