El rey de reyes tomó las tablas del Price con una banda que rememoró sus éxitos de siempre junto a los temas de un disco que se edita hoy mismo: Rebirth. Aunque este sexagenario nunca haya estado en el lado oscuro; muy al contrario, siempre ha sido la punta de lanza de la universalidad del reggae. ¿Quién no conoce sus himnos «Many Rivers to Cross», «You Can Get It If You Really Want», la revisión de «I Can See Clearly Now» o su premonitoria «World Upside Down?»
Con bufanda rasta, un inefable traje rosa con adornos dorados y con su ya clásica corona nos deleitó con una energía a prueba de bombas y contagió a los integrantes de una banda en la que no desentonó nadie: todo correcto, bien trenzado, engrasado en una alquimia de sonidos perfecta.
Clásicos de su último material discográfico, versiones que dan ese color reggae a clásicos como el de Cat Stevens «Wild World» o combativas «Rebel Rebel» hicieron las delicias de un público que no había llenado ni mucho menos este inusual lunes reggae. Pero nos dio igual, gozamos de una comunión perfecta entre el artista y la concurrencia.
Clamó por el final de la guerra, caricaturizó las marchas militares y gesticuló cada vez que uno de los integrantes de su banda se arrancaba a demostrar su virtuosismo. Aunque en ocasiones sus bailes fueran más parecidos a clases de Tai Chi para jubilados, con sólo verle sonreír era suficiente.
Los cantos positivos, de libertad y de liberación fueron recibidos con especial receptividad por un público que no tiene más seguridad que lo que tiene delante de sus narices en este momento. Por ello, Jimmy sintió en sus carnes el entusiasmo de la gente de vivir una experiencia tan inolvidable en un día tan caluroso. Aunque hemos de decir que le restó unos cuantos puntos el cambio de última hora de, a pesar de los dos bises que ofreció, no incluir el «Harder They Come», el clásico que habría enardecido más, si cabe, a los asistentes.
Se lo perdonamos porque no vino simplemente a cumplir el expediente; a pesar de lo mimético del show vivido en el Rototom del año pasado, Jimmy Cliff sigue en estado puro, con algunas primaveras más pero con el rugido perenne de un león indomable. Hakuna Matata!!