UMOmag: Explíquenos esa teoría suya de por qué el flamenco se acopla tan bien con el Jazz.

CD: Si miramos atrás en el tiempo nos damos cuenta de que el flamenco y el jazz, aunque hoy en día parezca que son cosas muy diferentes, en el fondo hay una similitud a la hora de esta creación: la necesidad de un pueblo de expresarse y eso lo tiene igual el jazz y el flamenco. Eso es lo que hace que aparezcan este tipo de cantos, como puede ser la soleá o el blues, en realidad están muy cerca los dos. Yo hago una completa ida y venida entre el blues y la soleá en mi música. Hay muchas más cosas que unen el flamenco y el jazz que lo separen, aunque en la superficie oigamos por ejemplo un grupo de jazz be-bop y a un guitarrista y un cantaor una bulería y te parezca que no tienen nada que ver. De repente te puedes quedar alucinado cómo músicas, que parece que no tienen nada que ver, encuentran puntos de inflexión y unión muy fuertes, y no sólo pasa en el flamenco y en el jazz también en otras músicas. Es curioso ver como no estamos tan lejos unos de los otros, como las claves musicales, las rítmicas del 2 y el 3 se repiten en todas las músicas, en el flamenco, en la música afrocubana, en la bossa nova…pero cada uno la destila de una manera y un color diferente, en realidad todos estamos bastante relacionados.

UMOmag: Hemos tenido noticias de un pequeño percance en un dedo a finales del pasado 2012 que le ha obligado a suspender una serie de conciertos. ¿Es así? Si es cierto, ¿cómo ha sido esa época de su vida en la que por causa de fuerza mayor se ha visto obligado a parar?

CD: Ha sido una cosa alucinante porque esto no me había pasado nunca. El 30 de septiembre de 2012 me partí el dedo meñique de la mano izquierda, en la primera falange, de una manera totalmente fortuita jugando con mis hijos en mi casa. Me caí corriendo por el jardín, con tan mala fortuna que me partí este dedo. Ha sido un periodo de reflexión muy grande y en un principio un bloqueo total, al verme la mano enyesada y no poder hacer nada de lo que estoy acostumbrado a hacer, te sientes como que sobras. Tuve un bloqueo muy gordo durante un mes hasta que me quitaron el yeso, pero después quiero hacer una lectura positiva porque la rehabilitación que estoy haciendo está siendo con un fisioterapeuta que se dedica a rehabilitar a músicos y a bailarines solamente, y hacemos una serie de ejercicios que afortunadamente me están mejorando el nivel técnico de mis manos, con lo cual al final estamos subiendo un pequeño peldaño más. Esto para mí es positivo al fin y al cabo. Igual tenía que parar estos dos meses. Pensar en cosas, que también lo he hecho, y continuar.

UMOmag: Últimamente y gracias a las redes sociales, los artistas tienen un contacto mucho más directo con su público. ¿En su caso es así? ¿Las maneja usted directamente?

CD: Sí, tengo lo típico. Twitter, Facebook, MySpace…todo este tipo de «identidad digital» digamos. Lo controlo yo, por supuesto que sí pero es muy difícil controlar todo lo que aparece tuyo en la red porque si pones mi nombre, vídeos aparecen más de 400, de los cuales yo no he colgado ni la décima parte. Las redes es donde todos vamos a beber y mirar hoy en día, y a colgar cosas. Yo la utilizo y tengo muchos seguidores en Facebook, sigue subiendo mi página profesional. No soy muy constante a la hora de publicar noticias cada día, eso lo confieso, no soy tan 2.0. pero si que lo voy llevando, claro.

UMOmag: Ha viajado por todo el mundo con su música. ¿Dónde le ha sorprendido la buena acogida del público por inesperada?

CD: Recuerdo hace muchos años, en el 95 o 96, estuvimos en la tercera edición del Festival de Jazz de Pekín, en China, y recuerdo que nunca habíamos sonado, nadie sabía nada de nosotros y tuvimos una acogida espectacular por parte del público, fuera de lo común. Pensábamos que si en unos años podíamos volver cuando China estuviera un poco mejor, que es lo que está pasando ahora, nuestra música tendría mucha cabida allí porque parece ser que, al igual que los japoneses, los chinos o los asiáticos entienden muy bien lo que hacemos en este país, lo que traemos de aquí.

UMOmag: Quizá sea una sorpresa para algunos de sus fans, ¿qué queda de aquel chico que se inició en la música con una guitarra y no con el piano?

CD: Creo que, en la base, es el mismo chico. Sigo teniendo las mismas ganas de aprender, de tocar…tengo quizás más dudas que cuando tenía 14 o 15 años, que tenía muy claro que quería tocar, ahora lo tengo igual de claro pero cuanto más me sumerjo dentro de la música e intento aprender, mas me doy cuenta de lo que me falta, con lo cual me siento como entonces pero con la necesidad de seguir aprendiendo.

UMOmag: ¿Volveremos a escuchar nuevas notas musicales de Chano Domínguez en forma de álbum a lo largo de 2013? ¿Será también con Blue Note Records?

CD: Claro, como no. No paro de tocar. Además ahora nos queda por sacar alguna grabación, algún disco. Siempre estamos maquinando cosas.

Ahora mismo no está decidido todavía. Espero seguir trabajando con una compañía tan importante como Blue Note. Creo que es de las compañías que ha sacado a los mejores músicos de jazz de la historia y, al estar ahí me siento también muy contento de que esa compañía, cuando nos vio tocar esa música en el Jazz Standard, quisiera que firmáramos con ella. Además hay una curiosidad que es que Bruce Lundvall, presidente de la discográfica, el último contrato que firmó fue el mío ya que tiene más de 90 años. Ha firmado contratos a Miles, a Parker, a todos los grandes, y eso también me hacía mucha ilusión.