Fotografía by Adrià Cañameras

Como productor e intérprete, El Guincho lleva años atrayendo el interés de público y medios especializados de Europa y América, mientras todavía conserva un difuso status de artista de culto en nuestras fronteras. Su caso, vuelve a demostrar esa máxima histórica de que España tarda quizás demasiado en reconocer el talento autóctono. Hoy, su nombre regresa a la actualidad gracias a la edición de Hiperasia (Everlasting Records), un cuarto disco que entre la música negra, el Pop y la electrónica, refleja una vez más el poliédrico universo sonoro de su protagonista. Hablamos con él, para que nos explique la diferencia entre el Melodyne y el Autotune y, ya que estamos, nos de algunas de las claves detrás de su nuevo álbum.

 

UMOMAG.com: Han pasado cinco años y regresas con una propuesta repleta de cambios en relación a discurso y a las texturas de tu anterior trabajo. HiperAsia parece que llega para romper el recuerdo de las melodías y aquel espíritu de ‘alta fidelidad’ que tenía Pop Negro (2010, Young Turks). A estas alturas, nadie duda que una de tus premisas es siempre hacer algo diferente. ¿Cuál fue el punto de partida de este disco? ¿Qué aspectos querías evitar en relación a tu anterior trabajo?

El Guincho: Imitar la sensación de pasear por los pasillos de HiperAsia en clave de sonido. A nivel estilístico significa evitar absolutamente todo lo de Pop Negro. Para los mixes, por supuesto, aprovechar todo lo que aprendí trabajando con Jon Gass y Nilesh Patel (R.I.P).

UMOMAG: En este apartado, cuando editaste Pop Negro hablabas de haber conseguido por fin traducir en un disco el sonido que tenías en la cabeza. ¿Crees que con HiperAsia lo has vuelto a lograr?

EG: Pop Negro era más fácil porque tenía muchos referentes en el Hot 100 de los 80/90 con los que compararme. Trabajé con un ingeniero que fue clave en moldear y definir ese estilo. En HiperAsia tenía un objetivo más abstracto, más humanista, alejado de lo que es estrictamente sonido. Era más acercarse a una sensación que a una idea.

UMOMAG: El disco llega en un formato poco habitual en estas tierras, incluyendo una pulsera que da acceso a contenidos audiovisuales exclusivos derivados de tu música. ¿Cómo enfocaste el desarrollo de la parte visual que acompaña al disco? ¿Fue creada y creciendo a la vez que este o nació a partir de él una vez estuvo concluido?

EG: Fue totalmente en paralelo. Empecé a escribir el disco en Madrid y a reunirme a la vez con gente en el estudio. Chicos del MediaLab que me ilustraron muchísimo sobre posibilidades de conectividad entre dispositivos. Pasamos por bastantes fases antes de llegar a los Wearables. Todo ese espíritu de intercambio de data inspiró muchas de las canciones.


UMOMAG: Hablando de formatos… Antes un artista editaba un CD y esperaba obtener sus réditos. Hoy parece obligatorio generar toda una serie de valores añadidos al margen de la música para atraer la atención del público. Hay quien achaca esto a la saturación que ha provocado internet. ¿Crees que es algo positivo o negativo para un artista? ¿Ha cambiado tu enfoque a la hora de lanzar música en algo desde hace diez años hasta hoy?

EG: Para mí no es una obligación. Es un placer. Mi enfoque sigue siendo exactamente el mismo. Siempre he sido un pirata. Soltar las cosas rápido, a lo salvaje, y construir desde ahí. Cuando firmé con XL (Recordings) tuve que cambiar mi dinámica. Ahora que trabajo con mis amigos en España y tengo deals individuales en cada territorio importante, he recuperado mucha de esa independencia.

UMOMAG: En el disco juegas constantemente con tu voz y su distorsión con el recurso del autotune. ¿Por qué decidiste convertirlo en uno de los ejes centrales de HiperAsia?

EG: Es Melodyne, no Autotune. Es importante que escribamos de música con cariño. Que dediquemos tiempo a aprender a diferenciar cada herramienta. Cada software de procesos de pitch tiene su algoritmo, su personalidad, muy marcada. Peter Neubäcker es un genio. Usamos Melodyne porque aportaba un carácter alienante a mi voz, como androide, y situaba en un espacio nuevo los textos. Me gusta mucho la distancia que se crea con el que escucha.

UMOMAG: Lo has grabado en Madrid, sin embargo da la sensación de que ha influido más en él lo que ha ocurrido de puertas para dentro del estudio que lo que había fuera en las calles. ¿Cuál fue tu relación con la capital durante el proceso creativo del disco? ¿Hubiera sido el resultado el mismo si se hubiera grabado en Londres u otra ciudad?

EG: No hubiera sido lo mismo. Por mucho tiempo que estuviera en el estudio, no se puede subestimar cómo afectan las dinámicas de una ciudad en la calidad de la música.

‘POP NEGRO’ ERA MÁS FÁCIL PORQUE TENÍA MUCHOS REFERENTES EN EL HOT 100 DE LOS 80/90 CON LOS QUE COMPARARME

UMOMAG: Llama poderosamente la atención la aparición de la Mala Rodríguez en «Cómix». Muchos se sorprenderán de que la hayas elegido a ella y no a algún otro artista de esa nueva hornada de rap español para participar en el disco. ¿Por qué ella y no un Yung Beef, por ponerte un ejemplo? ¿Tenías claro desde el principio que era ella a quien necesitabas en «Cómix»?

EG: Con María quería trabajar desde hace mucho. Recuerdo que hablamos para hacer algo con «Novias», de Pop Negro. Ya ha llovido. «Cómix» fue una canción que se armó de forma muy espontánea, de ahí que tenga esa estructura tan rara. Me gusta cuando la naturaleza de la composición da forma a uno de los mayores activos de la canción.

UMOMAG: Siguiendo con el tema del hip-hop, parece que hoy a través podríamos llamar todavía Trap (con todos sus múltiples matices), se ha convertido en una influencia visible en todas partes. Puede que incluso algunos encuentren algunos recursos de HiperAsia cercanos a este sonido. ¿Estas al tanto de lo que ocurre en ese sonido o es un mero reflejo circunstancial lo que escuchamos en tu disco?

EG: Intento estar al tanto de toda la música a diario.

UMOMAG: Está claro que desde el principio tu figura y tu obra ha sido seguida con más interés fuera que dentro de nuestras fronteras. ¿Has notado algún cambio de tendencia en relación a este nuevo álbum? ¿Crees que esta actitud es un mal general o es algo especialmente ligado a la tradicional y escasa diversidad musical de nuestro país?

EG: Es cierto. No he notado ningún cambio. Quizás con Pop Negro alguna gente se fijó un poco más en mí en España. El disco acaba de salir, estas cosas son más fáciles de medir luego, pero tengo una sensación parecida a la que comentas. Me aprecian más fuera. Todo bien, estoy en paz con ello.


UMOMAG: Latinoamérica ha sido otro de los espacios en los que tu música ha dado la sensación de generar desde siempre interés. A pesar de compartir la misma lengua. ¿En qué crees que se diferencia el público de un lado y otro del charco? ¿Hay allí una perspectiva en general, más abierta en lo musical que por estas tierras?

EG: Quizás por una mezcla de densidad poblacional y que no nos podemos prodigar tanto por allí, el recibimiento suele ser más masivo y agradecido.

UMOMAG: Ya que hablamos de España y su música , ¿hay algún artista o artistas que te hayan sorprendido o que sigas con atención en los últimos tiempos a nivel nacional?

EG: Muchos. Estoy todo el día pegado al SoundCloud. Young Nivea/Pops Miami traerá muy buenas cosas pronto.

UMOMAG: Dada la importancia que tiene el aspecto visual en tu nuevo trabajo. ¿Cómo tienes pensado enfocar los futuros directos? ¿Podemos esperar alguna sorpresa audiovisual en ellos?

EG: Sí, estamos en ello. Quizás no para todos los shows pero intentaremos hacer cosas especiales a nivel visual.