El estreno de ‘Barbershop: The Next Cut‘ (Warner Bros. Pictures) el pasado 15 de abril en EEUU ha marcado el regreso de Ice Cube a las pantallas, con una de sus creaciones cinematográficas más celebradas. Muchos no apostaban por este retorno, sobre todo teniendo en cuenta que han pasado nada menos que 12 años desde la segunda entrega. Sin embargo, el éxito de ‘Straight Outta Compton‘ ha devuelto el nombre de Cube a la actualidad de la industria, y parece evidente que ha servido de acicate a la hora de reabrir las puertas de su barbería de ficción. Malcolm D Lee (1970, Queens, NYC) es ahora el encargado de dirigir la nueva función; un tipo con una carrera dispar, casi siempre dentro del escaso margen que deja la industria a las historias sobre afroamericanos.
Es probable que muchos le recordéis por las dos entregas de ‘The Best Man’ o por la hilarante ‘Scary Movie 5’, sus dos títulos más exitosos. Lo que no sabíamos es que su actual participación en la franquicia ‘The Barbershop’ viene a saldar una pequeña deuda del pasado. Él mismo nos lo confesó cuando conversamos acerca de cómo se produjo su desembarco en la película. «Los productores George Tillman y Bob Teitel, sobre todo este último, se pusieron en contacto conmigo. De hecho, tuvimos conversaciones para la primera entrega de ‘Barbershop’ pero no pude dirigirla por problemas de agenda. Cuando leí el guión de Kenya Barris pensé que estaba muy bien escrito, era divertido e inteligente; entonces, decidí ponerme en contacto con Ice Cube para descubrir si ambos queríamos hacer la misma película. Nos reunimos y charlamos sobre lo que la película podría y debería ser y nos dimos cuenta de que estábamos en sintonía».
Lee es un hombre de industria, y se nota. Al contrario que su famoso primo -Spike Lee, has acertado- se muestra cómodo hablando de todos esos pesados procesos y peajes que marcan la creación cinematográfica en Hollywood. Puede que por ello, defienda con seguridad el resultado de su obra. «He hecho la película que quería hacer, un film que tiene grandes interpretaciones y que ofrece un mensaje muy relevante sobre la violencia de las armas y entre bandas en la ciudad de Chicago. La reacción hasta ahora ha sido muy buena». No deja de resultar curioso que, en el mismo año que Spike se haya llevado unos buenos bofetones de público y crítica por su ‘Chiraq’, una comedia tan indie como incomprendida sobre la violencia en Chicago, su primo Malcolm haya convencido a casi todos con una comedia tan intrascendente como mainstream, ambientada en el mismo lugar y con el mismo tema como telón de fondo.
En cierto modo, el fracaso de uno y el éxito de otro, habla de lo mucho que ha cambiado la relación de los directores negros con el establishment hollywoodiense. Hoy existe la sensación de que un afroamericano tiene la posibilidad de contar cualquier historia, más allá del componente racial y el tópico de las hood movies. Cuando sacamos el tema, nuestro protagonista añadió matices a nuestra tesis. «Muchos de nosotros hemos tenido oportunidades y, como has comentado F. Gary Gray hizo ‘The Italian Job’, Ryan Coogler dirigió ‘Creed’ o Antoine Fuqua ‘Training Day’… Hollywood siempre mira primero el dólar y cree que nosotros podemos ofrecer negocio. Parte de ese negocio supone ofrecer a la gente lo que quiere ver, y al público le gusta verse a si mismo en la gran pantalla, es una especie de validación. Se da valor a una comunidad, a su cultura, a su voz. Y eso no significa que los cineastas afroamericanos solo creen historias sobre la comunidad afroamericana; hay multitud de géneros que un director es capaz de asumir si ha hecho los deberes. Las oportunidades están ahí y de nosotros depende aprovecharlas; pero quienes mueven los hilos han de saber reconocerlo también».
En esta ocasión, como director puesto al servicio de una franquicia establecida, ha tenido que lidiar con Ice Cube, verdadero alma mater del proyecto (actor y productor ejecutivo de la saga). Lee habla de él con respeto, y no niega el peso que ha tenido su presencia en todo lo que veremos en pantalla. «Es la primera vez que trabajamos juntos. Es alguien muy divertido; no solo es el protagonista y productor del film sino también un líder nato. Siempre que tiene una idea en el rodaje es para que la película sea mejor. Hemos tenido algunos desacuerdos pero han sido mínimos; él es alguien muy veterano y yo soy un novato en cierto modo. Nuestra relación ha sido muy buena y me encantaría poder trabajar juntos de nuevo en un futuro cercano».
A la vez quiso dejar claro que, a pesar de las limitaciones obvias a la hora de incluir su propio discurso, su visión de esta barbería es muy diferente de la de las anteriores entregas. «Presté atención a las dos sobre todo para fijarme en el diseño de producción y en el ambiente. Bob Teitel opinaba que la primera capturó a la perfección la esencia de la franquicia Barbershop y quería conservarla. Por tanto, nos centramos mucho en los detalles y en esta entrega donde la peluquería es unisex nos preguntamos: ‘¿Cómo debe ser su aspecto?’. Siempre intento fijar el tono global de una película y en este caso hemos tenido que balancear la comedia con el comentario social, y además con las escenas dramáticas y emocionales. El resultado ha de ser lo más realista y natural posible, como si fuese un pedazo de la vida diaria; con personajes representativos, con los que el público pueda relacionarse. Dicho esto, no he tomado las entregas anteriores como modelo. Soy director y me gusta poner mi propio sello en cada proyecto… Creo que lo hemos conseguido».
Para esta tercera parte, se ha reunido de nuevo el elenco principal de las anteriores películas, aunque con dos grandes nuevos fichajes: Common y Nicki Minaj. Conversando acerca de ellos y de la vis cómica de algunos de los actores del reparto, el director nos confirmó que él fue uno de los principales responsables a la hora de que podamos ver en pantalla a estas dos estrellas del hip-hop americano. «La clave a la hora de hacer un casting para los nuevos personajes era dar con gente graciosa, con chispa. Algunos actores de los que has mencionado, como Regina Hall, Deon Cole o Lamorne Morris, tienen mucha inventiva y sabía que darían un toque de comedia al proyecto. Cuando descubrí al personaje de Draya, pensé de inmediato en Nicki Minaj y conseguimos que hiciese el papel porque le gustaba mucho la película. Fue algo muy sencillo, es una persona con mucho talento y creo que puede llegar a ser muy buena actriz, cosa que ya ha demostrado en todos sus vídeos donde ha interpretado papeles muy distintos. Common es alguien con quien quería trabajar desde hace tiempo, es la personificación de Chicago. Al tenerlo en la película, ésta se legitimaría de forma real y natural. Ha sido un acierto contar con él en el proyecto, donde interpreta a un amigo de toda la vida de Calvin, a quien da vida Ice Cube».
Aunque también tuvo tiempo para sincerarse, reconociendo la dificultad que le generó el gestionar un grupo de actores tan diferente, en un film coral como este. «Es una película con mucho diálogo y en ocasiones el guión recordaba a una obra de teatro. Por eso, siempre decía a los actores que había escenas muy largas donde todos participarían y que a veces tendrían que decir una sola frase… O ninguna. Era importante mantener alto el nivel de energía y no siempre es fácil, sobre todo en las jornadas más largas. En algunas escenas hay quienes improvisaban y no todos tenían el mismo nivel para ello; suma a eso el gran número de actores en una escena… Pero el resultado ha sido un montón de material bueno, más del que podemos usar en una sola película; por eso hay muchas cosas interesantes que se han quedado fuera una vez hemos editado el fiilm. Es la primera vez que he hecho una película y sabía que iba a darle forma en la sala de edición, por todo el material de rodaje que teníamos».
Mientras nos lo dice, no podemos dejar de pensar que este tono de comedia coral del que nos habla, forma también parte de ‘The Best Man’, el título más recordado y celebrado de su carrera como director. «Hay ciertas similitudes aunque son películas muy distintas entre si. ‘Best Man’ es más una comedia dramática mientras que ‘Barbershop’ tiende bastante a la comedia. Pero tienen elementos comunes, como algunos tintes dramáticos o el hecho de que ambas estén protagonizadas por un elenco de actores. Siempre me gusta mucho trabajar con los actores y ayudarlos para que se relacionen lo más posible con sus personajes. Además, en ambos casos se muestra un aspecto de la vida afroamericana que no siempre se tiene en cuenta: cuando vas a ver una película mainstream y en ella aparecen un par de actores negros, no recibes un espectro completo de quiénes son esos personajes y cuáles son sus diferencias. Hay gente muy distinta trabajando en la peluquería de ‘Barbershop’ y lo mismo ocurre en la saga ‘Best Man’: hay intelectuales y gente más emocional, hay hombres y mujeres, quienes tienen una carrera exitosa y otros que simplemente sobreviven… Hay un amplio espectro de voces que son escuchadas en estas películas, y todas ellas pertenecen a gente afroamericana. Me parece un hecho muy importante y quiero seguir cambiando la narrativa en las películas referidas a personajes afroamericanos».
Las palabras de Lee, denotan su preocupación por ofrecer una visión completa de la realidad de los afroamericanos, más allá de los tópicos del ghetto o de los de su nueva burguesía. Pero aún así, reniega de la perspectiva de que sean películas sólo pensadas para llegar a esta comunidad. «Son para todo el mundo. Son películas que tratan temas universales aunque se centren en la cultura afroamericana. Si eres un ser humano, puedes relacionarte con el amor, la pérdida de un ser querido, el humor, el debate político, la batalla de los sexos o la violencia, ya que son cuestiones que a todos nos afectan. Puede que se trate de films un tanto específicos y que sobre todo se dirigen a una comunidad algo ignorada por la industria del cine, pero creo que hay mucha gente capaz de relacionarse con esos personajes y a la vez una oportunidad para conocer una cultura que, como he dicho, no ha estado muy representada en los medios convencionales. En resumen, son films para todo el público».
Nos asegura que ha sido una experiencia extenuante, pero que una vez más ha merecido la pena. Como buen artesano, asume que todo lo bueno y malo que ha vivido y está viviendo, es una parte más del proceso de aprendizaje continuo que es su oficio. «En esta película he aprendido a no volverme loco, a saber que todo proceso es laborioso y que los problemas aparecen más tarde o más temprano; hay que saber mantener la calma y tener capacidad de ajuste sin dejar que las subidas y bajadas te afecten demasiado». Para concluir, había una pregunta obligada después de tanto hablar de esta Barbershop y de la atmósfera que ha generado su trabajo en ella. Y sí, Malcolm sigue siendo un incondicional de su barbero de toda la vida, y de hecho irá a visitarle en cuento acaba nuestra entrevista. «Por supuesto. Siempre voy a la misma peluquería y ahora llevo incluso a mis hijos; de hecho, esta tarde tenemos que ir porque tienen unos pelos… En una peluquería siempre tienes buenas conversaciones, es un buen lugar para tomarte un respiro. De hecho, los peluqueros saben de muchas cosas y suelen hacer buenas recomendaciones, no solo para mantener tu look; también saben qué pasa en el barrio, los secretillos de unos y otros… Para mucha gente negra es casi como un modo de terapia».
Fotografías by Chuck Zlotnick