Pusha T - DARKEST BEFORE DAWN: THE PRELUDE | Discos | UMOMAG

Pusha T

DARKEST BEFORE DAWN: THE PRELUDE

GOOD Music/Def Jam, 2015

Rap

Valoración: 7.0

Disponible en: Amazon | iTunes

Como buen estratega sabedor de que la guerra no se gana en una sola batalla, Pusha T no le da tiempo a nadie para que le escale el puesto y nos ha regalado esta joyita musical (a espera de la próxima) compuesta por diez cortes, donde la política, el drug-dealing, los falsos mitos y la proclamación del ego son los temas a tratar.

«Untouchable» fué el primer single. Al del Bronx (aunque crecido en el viejo estado de Virginia) se le nota frío y amenazante en el flow, donde se guarda un par de líneas muy calculadas como recado al político Donald Trump. Es posible que a más de uno le parezca un poco ‘subidito’ de tono, pero es normal; con esa fúnebre instrumental tan ‘smooth criminal’ por parte de Timbaland es difícil saber dónde están los límites de cada uno.

Como si una de las marionetas de ‘Puppet Masters’ fuera, nos llega «Crutches, Crosses, Caskets» (muletas, cruces, ataúdes). El Pusha de Clipse fluye en este track sobre un ecléctico collage sonoro obra de Puff Daddy, hablando alto sobre la importancia del ego y, como no, con una perlita dedicada a Diddy por un malentendido durante la grabación de la propia canción.

Como viene siendo ya habitual, la recientemente nominada a los premios Grammy 2016 Kehlani también aparece en la lista de colaboraciones apoyando vocalmente a Pusha T en «Retribution», un pequeño oasis lírico después de cortes con una temática muy densa. Otra gran producción de Timbaland que bien podría ser un descarte del Magna Carta Holy Grail de Jay Z.

Push se despide junto a Jill Scott en «Sunshine». Es momento de ponerse de pie y aplaudir ante esta pequeña obra maestra cargada de impotencia, que describe la vieja historia del racismo en EEUU y denuncia un año lleno de casos de violencia policial y asesinatos como lo fue 2015.

Hay que reconocer que el neoyorquino venía con inercia tras su debut en solitario con el álbum My Name Is My Name, que vio la luz en 2013 y que fue catalogado como uno de los trabajos más sorprendentes e influyentes de ese año. Pusha ha madurado sus raps hacia unos contenidos de mayor peso político y social, aunque es inevitable que a algunos nos haya sabido a poco este último lanzamiento, que bien podría haberse quedado en mixtape a sabiendas de que en el presente curso sacará su siguiente álbum que por cierto ya tiene nombre: King Push.