Booker T, un hombre unido a un piano Hammond, e inserto por méritos propios y de los mitos para los que trabajó en el libro de oro de la música de ahora, ayer y siempre. Se muestra ilusionado y lleno de energía con este Sound the Alarm (Stax, 2013) y demuestra que no sólo sigue siendo un «Soul man» redomado, sino que no desentona con las nuevas generaciones. Muy al contrario, da un nuevo relieve a todo lo que compone rodeado de esa gente que viene con fuerza pidiendo paso.

 

UMOmag.com: Memphis ha sido el origen de gran cantidad de sonidos inolvidables y de acontecimientos históricos imborrables. ¿Qué es lo que tiene esa tierra sureña que le hace tan especial?

Booker T: Crecer en Memphis fue muy especial. Me siento afortunado de haber estado en la ciudad desde niño y de tener la música dentro de mí; es un excelente lugar para nacer si eres músico.

UMOmag: Has intervenido en proyectos tan dispares como los de Black Crowes, Rancid o Elton John. ¿Cómo consigues siempre mantener la esencia en cada una de tus colaboraciones?

BT: El público me conoce por tocar el órgano Hammond, ese es mi sonido. En algunos casos se debe al arreglo, al modo en que interactúo con la guitarra y el bajo. Has mencionado a artistas como Elton John y Rancid por ejemplo… Tengo una forma sureña de hablar y pensar sobre la música y eso se traslada a mi estilo. Crecí tocando góspel y escuchando blues, era un chaval muy sureño en lo referente a la música.

UMOmag: Eres multiinstrumentista, pero el piano es el instrumento que te ha hecho célebre. ¿Cuál es el motivo por el cual te decantaste definitivamente por el Hammond?

BT: Mi curiosidad hacia la música comenzó con el ukelele y aún me apasiona la guitarra, y en este momento cuento en esta sala ocho guitarras de mi propiedad, fue mi primer instrumento. Mi madre tenía un piano y eso me llevó a recibir lecciones de música; mi profesora de piano tenía un teclado electrónico en su comedor, incrustado en un cajón de madera: recuerdo que era un órgano Hammond B3. Cuando lo vi me produjo mucha curiosidad y cuando abrió la caja y escuché su sonido, me llegó muy dentro y se convirtió en mi futuro. Ray Charles tocaba el Hammond en «One Mint Julep» y pensé que me gustaría hacer eso con mi vida. Es el instrumento más cercano a mí, aunque también toco el clarinete, la flauta, el oboe o el trombón, pero creo que el órgano es el que me permite expresarme mejor.

UMOmag: Cuéntanos qué relación mantienes con Eddie Floyd y cómo recuerdas a Otis Redding.

BT: Eddie y yo nos hicimos buenos amigos a finales de los 60, después de que compusiese «Knock On Wood». Escribimos juntos «Never Found The Girl», así como otras muchas canciones donde yo tocaba la guitarra en varias ocasiones. Su bagaje era bastante góspel y acabó siendo el cantante solista de The Falcons, grupo que también incluía a Wilson Pickett y Mack Rice. Me encantaba su canción «I Found A Love»… Teníamos una relación muy buena, y en cuanto a Otis Redding la relación fue similar. Era un estupendo intérprete y desde el principio, incluso cuando no era nadie, era una persona muy persuasiva para entrar en el estudio y hacer música. Nos hicimos amigos cuando éramos jóvenes y también toqué mucho la guitarra acústica con él durante la etapa de composición. Escribimos juntos «Let Me Come On Home» y «I Love You More Than Words Can Say», aunque quizá lo que más destaca es que toqué el piano y órgano en muchos de sus temas, como «Try A Little Tenderness», «These Arms of Mine» o «Sitting At The Dock of The Bay».

UMOmag: ¿Crees que los músicos de estudios siguen teniendo ese déficit de atención, al igual que pasa con los coristas, que pronto serán ilustrados, por cierto, en un documental?

BT: Es una buena pregunta… Si un músico de estudio quiere sobrevivir ha de concentrarse y no pensar demasiado en el resultado final de la canción. Tienes que mantener tu lugar y llegar a tiempo. Así me comportaba cuando trabajaba en Stax, sin pensar demasiado en qué pasaría con la canción en un futuro sino concentrándome en tocar mi parte. Pero fue una experiencia maravillosa. Respondiendo a la pregunta, centrarse es esencial para el músico de estudio.