Fotografía by Casey McPerry

En 2012 Machine Gun Kelly se convirtió, con la edición de Lace Up, en la flamante nueva apuesta de Bad Boy Records. Con el apoyo de Sean «Puff Daddy» Combs, su propuesta de hip-hop sazonado con una estética y actitud derivada del punk-rock, le convirtió de manera casi instantánea en una celebridad. Tras unos largos años de silencio, repletos de excesos, adicciones y una turbulenta relación de amor-odio con la fama, el de Houston (Texas) se presenta hoy ante nosotros con energías renovadas, y un nuevo disco bajo el brazo (General Admission). Un esperado regreso, que hemos aprovechado como excusa para charlar largo y tendido, con uno de los tipos llamados a marcar el final de año en el hip-hop americano.

 

UMOMAG.com: Han pasado tres años desde tu exitoso debut, ¿por qué decidiste esperar tanto para lanzarte a tu segundo álbum?

Machine Gun Kelly: Hay que adquirir experiencias en tu vida para poder plasmarlas en un álbum. De lo contrario te conviertes en uno de esos artistas a quienes sus seguidores cada vez siguen menos. Cuando los artistas maduran, o hacen mejor música o entran en decadencia; quiero ser uno de los que mejoran con el tiempo y si eso significa tomarse un tiempo para experimentar cosas nuevas y tener más cosas interesantes de las que hablar, tengo que hacerlo. Toda la experiencia que he acumulado en estos tres últimos años está recogida en el nuevo trabajo; creo que va a ofrecer algo refrescante, algo nunca escuchado hasta ahora. Al principio de esta gira estábamos en una especie de ‘fiesta consciente’ porque no teníamos nada concreto en qué centrarnos. El estilo de vida que llevas al estar de gira, el exceso, eran muy intensos; pero ahora tenemos el álbum como punto de referencia, nos fijamos en él. Nos pasamos a veces hasta las cinco de la mañana practicando las canciones, puliendo los detalles. Queremos que cuando toquemos el disco en vivo sea algo muy especial.


UMOMAG: Esos tres años han dado para mucho en el hip-hop como el actual, en el que todo pasa a velocidad de vértigo. En algún lugar te hemos visto comentar que la escena rap se había suavizado desde tu ausencia. ¿Qué crees que aporta tu regreso a la palestra?

MGK: Ofrezco algo a la escena rap que ahora mismo no existe. Cuando intentas ser un grande has de aportar algo nuevo e influenciar a otros. Creo que es algo que hicimos con nuestro primer trabajo, aunque sobre todo tuvimos influencia en el modo de interpretar de los artistas hip-hop. Somos uno de los mejores ejemplos de cómo se ha de actuar o interpretar; introdujimos ese elemento punk en la escena hip-hop por vez primera. Cuando entré en la escena en torno a 2010-11, es cuando empezó a verse ese elemento punk y me siento responsable de ello. Ahora, unos años más tarde, mi música es nueva y fresca, está a la cabeza de un nuevo género musical: el disco tiene una letras increíbles y rapeo a tope pero no sé ni cómo definirlo, es algo así como generalista, algo totalmente nuevo.

UMOMAG: Durante este tiempo también has participado en el mundo de la televisión y el cine. Entre otras en películas como ‘Punk’s Dead’. ¿Qué nos puedes contar de tu paso por el filme? ¿Cómo enfocas tu carrera de actor, es algo puntual o te veremos pronto de nuevo en pantalla?

MGK: En 2016 saldrán a la luz tres películas en las que he trabajado. ‘Punk’s Dead’ es la secuela de ‘SLC Punk’, un clásico de culto y una de mis películas favoritas. Estoy de acuerdo con cualquier cosa que represente la cultura punk de modo fiable y esa película reflejaba a la perfección lo que viví siendo un adolescente. También saldrá a la luz un thriller llamado ‘Nerve’ de los directores de Catfish y otro film con Dave Franco y Emma Roberts. También he participado en un episodio piloto para una nueva serie de TV. Estoy actuando bastante, veremos cómo acaba todo eso…

NO HE HECHO DEMASIADAS COLABORACIONES EN MI CARRERA PORQUE TAMPOCO ME LLEVO BIEN CON DEMASIADA GENTE

UMOMAG: Tu estética y tu estilo, tan asociada al punk rock, recuperó en cierto modo una tendencia, la del encuentro entre el punk-rock y el hip-hop que está ahí desde los tiempos de los Beastie Boys. ¿Qué crees que tienen en común el punk-rock y el hip-hop que hace que de un modo u otro siempre terminen relacionándose ?

MGK: Creo que el punk rock y el hip-hop son bastante similares porque ambos se expresan con actitud. Un músico punk no se basa en la técnica, no ha de ser el mejor guitarrista del mundo; se trata de la actitud que tiene al tocar ese instrumento, de liberar toda su rabia. Y lo mismo ocurre en el hip-hop: cuando NWA gritaba ‘Fuck the police’ la cosa no iba de lo bonita que sonaba la voz o del ritmo que tenía, la actitud era lo más importante. Y ésta no hay que entenderla, simplemente se siente; y así ocurre en el punk y en el hip-hop, no hay que entenderlos, solo sentirlos.


UMOMAG: Has dicho que uno de los grandes temas de este nuevo disco es el intentar encontrarse a uno mismo. Con el álbum ya en las calles, ¿hasta que punto crees que lo has logrado?

MGK: Me he encontrado a mí mismo ahora que el trabajo está hecho. Hasta que no se ha grabado la última canción no me encontré a mí mismo. Y creo que ese era el propósito de todo el proyecto, excavar para descubrir quién soy; y espero poder ayudar a que otras personas hagan lo mismo.

UMOMAG: A nivel musical, ¿qué vamos a encontrarnos en General Admission? ¿En que ha cambiado la propuesta de Machine Gun Kelly en estos tres años y en que aspectos sigue siendo la misma?

MGK: El formato y los temas que trato en mis canciones siguen siendo los mismos. Cuando hablo de formato me refiero a que siempre tengo bangers pero también canciones que juegan con tus emociones. Y el contenido lírico es siempre el mismo: lo más personal posible pero a la vez algo con lo que muchos pueden identificarse. Suelo hablar de los problemas de la vida diaria, ya sea una movida de la calle o emociones internas que uno tiene. Pero creo que hoy soy más maduro y tengo mayor confianza, la instrumentación también está ahora más presente y he jugado con las transiciones y la forma de colocar los temas para que todo parezca una historia, una narración; quiero que sea un álbum coherente, hilado, no un simple disco con 12 o 13 temas. Parece que ha sido escrito así de principio a fin, por lo bien que fluye, algo que no ocurría en el primero.