No fue la mejor noche de Beyoncé en unos Grammy, al menos en lo que a premios se refiere (se llevó 2 de 9). Porque en su reaparición sobre los escenarios volvió a dar un gran espectáculo de esos que solo ella es capaz de imaginar.
Con su barriga de embarazada bien marcada, Queen Bey quiso rendir su particular homenaje a la maternidad con un vestido largo dorado y portando una corona en una clara referencia a la diosa de la fertilidad.
24 horas después de su presentación en el Staples Center se liberaban los videoclips de las dos canciones interpretadas en la gala, «Sandcastles» y «‘Love Drought», ambas pertenecientes a su premiado álbum visual Lemonade.
Lo que ahora se pregunta todo el mundo es si, dado su avanzado estado de gestación, podrá o no actuar en la próxima edición del festival Coachella en la que es una de las cabezas de cartel. Todo apunta a que sí pero habrá que esperar al mes de abril para ver qué sucede finalmente.
