El soul anidó el pasado viernes noche en la capital de la mano de The Pepper Pots, llegaban escondiendo entre los instrumentos y los micrófonos el espíritu guerrero de su último trabajo, We Must Fight (2013, Buenritmo). Así que no dilató mucho el ánima de los dorados sixties en asomar en el escenario de la Sala Penélope, por no decir que fue entrar los músicos, una presentación al más puro estilo de las de Ed Sullivan, y el aforo, esta vez no tan completo, ya había sido cautivado por «Soul Kiss». De entre bastidores emergieron entonces, dos sonrisas despampanantes, la de Adriana Prunell y la de Aya Sima, convirtiéndose en marciales al entonar su himno «We Must Fight».

Tras calentar con «Got Me Crazy», el baile para los tímidos y los no tan tímidos no se hizo esperar, fue sonar «Wanna Blindly Trust In You» de su anterior LP y el recato se corrompió, no había quien no se montara su propia coreografía. Dato que se acentúo aún más cuando Aya y Adriana entonaron «Gladden Your Soul».

Acto seguido el repertorio del nuevo álbum acaparó toda la atención, quien no se las sabía tarareaba «You’ve Got The Future», para después desgañitarse en cuando Adriana les incitaba a cantar al ritmo casi psicodélico de «I Wont Say I Love You». Y después los sudores, el momento de rebajar los ánimos y centrarse en el desamor de «Time Has Won This One», una de las canciones más enternecedoras de esta producción, que se saborea aún más cuando el silencio acapara el espacio. Pero…esta vez no pudo ser, el público estaba eufórico, y la charleta de tasca primaba más que aquél momento casi mágico, una lástima.

Para las voces de Prunell y de Sima, no hay comentarios, unos registros perfectos, que no olvidaron acompañar con sus coreografías al más puro estilo de las Velvelettes o las Supremes.

Los siete caballeros de detrás tienen mención especial, disfrutaron como niños grandes. Ellos, los músicos, dotaron al ahora dúo de la esencia sin la cual el soul es incapaz de brillar. Los vientos de Tomy Muñoz, Gerard Xifra y Roger Montsant a los saxos y la trompeta respectivamente, calaron hilarantes, divertidos y magistrales, mientras que Ireneu Grosset en el teclado, Lluís Rodríguez a la guitarra, Enric Fluvià en el bajo y Joan Vergés con su batería evidenciaron la experiencia y profesionalidad para conseguir la excelencia.

Así pues, no es de extrañar que con diez años a sus espaldas, a los gerundenses no haya público que se le resista. A pesar de los cambios en el seno del conjunto (como suele pasar en las bandas pop-soul desde que la Motown es Motown), continúan recogiendo lo que siembran ya bien sean tres o dos las voces cantantes (Marina Torres, la que fuera tercera voz de los Pepper Pots se encuentra inmersa en un nuevo proyecto). Por lo que se vio el viernes las nuevas Soul Sisters, Adriana y Sima, tienen poder para rato.