UMOmag: Cómo es un día de Alfredo Rodríguez en los Estados Unidos, ¿más ajetreado que en Cuba, o se compone tanto o más que en la isla?

AR: Cuando estoy en mi casa y no estoy tocando (gira), todos los días estudio, salgo a caminar… Soy una persona bastante simple en ese aspecto. La música es la que me absorbe la mayor parte del tiempo. Hago cosas como todos los demás. Hay que vivir la vida para después alimentar el arte que uno hace.

UMOmag: Has trabajado con, Tan Dun, James Ingram, Herbie Hancock, y múltiples nombres más, estás en la élite. ¿Eso abruma?

AR: Eso es una suerte que yo he tenido. Me siento muy afortunado porque personas, a las que admiro tanto, me hayan apoyado y le guste el arte que yo hago. Soy consciente de que hay muchos músicos que hacen cosas súper geniales y a veces no hemos tenido, como yo también lo viví en un momento de mi vida, esa mano que te pudiera ayudar un poco más de otro ser humano que tiene más oportunidades de desarrollar una carrera que uno mismo. Me siento afortunado porque mi música pueda llegar a los oídos de las personas. No soy de los que piensan que la música tiene que ser esto o debe de ser aquello, pienso que cada cual debe de hacer musicalmente lo que crea que es honesto con lo que uno siente y lo que representa quién es uno, pero sí me gustaría que la música de muchas personas que tal vez no son tan reconocidos, sobre todo los jóvenes que nos cuesta tanto promocionar quiénes somos, que existieran personas que nos ayudaran a que las demás personas escuchasen nuestra propuesta.

UMOmag: En Sound Of Space aparecía una composición excelente llamada «Crossing The Border» con la que explicabas que era una canción que expresaba la tensión que se siente al emigrar en algunas condiciones, mirando hacia atrás, ¿qué has perdido y qué has ganado? ¿Valió la pena ese trago?

AR: Yo dejé atrás muchas cosas, mi familia…cuando te digo “atrás” me refiero físicamente porque yo siempre he estado con todo, con Cuba, mis raíces, mi familia y con todo el mundo. No necesariamente uno tiene que estar con las personas físicamente para sentir que están y yo siempre he sentido que están y ellos también, es recíproco y estoy muy feliz de eso. Por supuesto hay cosas que uno ha dejado atrás por venir aquí (EEUU), aprender, por conocer nuevas cosas y pienso que ha sido positivo en mi vida. Primeramente porque fue lo que yo quise hacer, a mí nadie me obligó a cruzar una frontera, a venir a un país donde no conocía a nadie literalmente (solamente conocía a Quincy y al que hoy es mi mánager). Por suerte ahora mi familia vive aquí en los Estados Unidos y entonces están más cerca, pero en aquel momento no tenía a nadie, tampoco sabía inglés. Había muchas barreras pero era lo que yo quería hacer, compartir mi música con más personas de las que podía cuando estaba en Cuba. Decidí venir acá, aprender más y eso es lo que estoy haciendo. Siempre ha sido mi objetivo en la vida: tratar de aprender tanto como pueda y ser mejor cada día.

UMOmag: En los últimos años has pasado por España unas cuantas veces, la última hace un par de meses en el Palau de la Música en el marco del «45 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona». ¿Contaremos con tu presencia en nuestro país para presentar The Invasion Parade?
AR: Mi disposición siempre ha estado, a mí me encanta España. Entre Cuba y España siempre ha habido un vínculo especial, y tengo muchos amigos y buenos músicos en España a los cuales visito cuando voy de gira por allá. En cuanto a España, siempre he tenido una relación muy bonita musicalmente también con vuestro país. He ido varias veces al festival de Barcelona, al que estoy muy agradecido y donde el público es increíble. Así que espero que si existe la invitación, la invasión va para allá a España (risas).

UMOmag: ¿Has tenido ya la oportunidad de volver a tocar en Cuba?

AR: No, desafortunadamente no he recibido ninguna invitación de ningún sector en Cuba para que yo vaya a tocar allá. Sinceramente a mí me gustaría tocar porque Cuba siempre es Cuba, y es el lugar donde yo nací, y es público, los maestros y la familia así que uno se siente muy identificado con todo lo que pasé allí positiva y negativamente. Yo sigo por aquí (EEUU) hasta el día que aparezca una invitación y me inviten…o no (risas).

UMOmag: Cuando no te mueves entre el jazz, la Conga Santiaguera, la timba y todo el son cubano ¿Continúas tocando a los clásicos?

AR: Todos los días, ahora cuando termine de hablar contigo voy a tocar Sonata de Beethoven. Sí, todos los días toco música clásica.