La expectación generada alrededor de un artista tras un debut más que prometedor suele multiplicarse cuando pasan más años de la cuenta. Nuestro protagonista, nacido en Toronto, de familia jamaiquina, ofrece una forma de cantar que, si bien nunca pasa de moda, a veces no encuentra el calado comercial de antaño. Por esa razón ha elegido que éste sea el momento, el momento de la verdad.

 

UMOmag.com: ¿Es éste es el momento de la verdad? Tras tantos años de cambios de discográfica, retrasos en la edición de nuevo material…

Glenn Lewis: Sí, por supuesto. En cierto modo, el título del álbum se refiere a eso: ha pasado bastante tiempo y he trabajado en mi música, escribiendo canciones, componiendo con otros artistas e incluso actuando en directo, pero ahora tengo una oportunidad con Ruffhouse Records/Capitol para afrontar este proyecto. Las cosas han ido muy bien y el público ha respondido de modo estupendo al single «Can’t Say Love»; hay mucha expectación creada en torno al LP y eso me gusta. Tengo ganas de volver a la escena para mostrar mi música a todo el mundo.

UMOmag: ¿Por qué ha pasado más de una década entre tu primer trabajo oficial, World Outside My Window, y este Moment of Truth?

GL: A veces tienes mucho éxito con tu primer proyecto, pero en la mayoría de las ocasiones todo depende del timing, de que la gente con la que trabajas entienda o no tu visión y decida apoyarla. En aquel momento quizá había gente en mi equipo que buscaba cosas muy distintas y la industria musical sufrió cambios acusados, con el sonido pop electrónico y el éxito del hip-hop; el R&B tomó una especie de segundo plano. Aún así, ciertos artistas lograron mantenerse pero esa variedad de estilos que antes existía desapareció, y creo que no más de 10 artistas consiguieron mantener su estatus. Pero las cosas están cambiando de nuevo y el público aprecia a los cantantes, a los compositores dedicados que no se limitan a esconderse tras una elaborada producción, ahora todo es más directo y real.

UMOmag: ¿Qué vamos a poder encontrarnos en Moment of Truth? ¿Qué productores has involucrado y qué estilo has querido recuperar porque hemos podido comprobar que el trabajo es de corte clásico?

GL: He tenido la oportunidad de trabajar con los mismos productores de mi primer álbum, Dre & Vidal, que produjeron cuatro o cinco temas de los 14 que tiene el nuevo disco. También he trabajado con Ivan Barias y Carvin Higgins y, de hecho, hace tiempo Ivan, Carvin y Dre & Vidal formaban parte del equipo de producción de A Touch of Jazz, en el que también estaba yo junto a Jill Scott o Musiq Soulchild. Fuimos responsables de mucha de la música que salió a la luz en torno a 2000-2001. Ivan y Carvin han hecho un estupendo trabajo en este álbum y también he contado con la participación de nuevos nombres en la escena; casi todos los productores que han colaborado en este disco viven en Philadelphia y se debe a que tengo una gran conexión con esa ciudad, una química especial con su modo de entender y afrontar el proceso creativo musical. Se crearon la energía y el ambiente correctos durante la grabación y soy de la opinión que si algo no está roto no hay que arreglarlo, y por eso volví a la fuente. Hay dos nuevos productores de la compañía Certified, PI y Josh, que produjeron “Can’t Say Love”, canción compuesta por Latif. Nos lo pasamos muy bien grabando el álbum, siempre nos movió nuestro deseo de hacer buena música y nos dejamos el alma en esas canciones; cuando eso pasa, es posible que la gente no entienda los aspectos técnicos de la producción, pero puede sentir lo que tratas de decir. Aunque no te vean, sienten tu actitud, tu corazón, tus emociones y conectan con ello. Puede que sea una situación ya vivida o algo que quieren alcanzar, como buscar el amor, sufrir por amor o incluso volverse a enamorar… A mí y a muchos de los productores de Philly nos encanta lo que hacemos y ponemos el 100% en ello; por mi parte, intento emular en cierto modo el sentimiento que me evocaba la música que escuché de niño y compartirlo con la gente.

UMOmag: Has elegido la balada «Can’t Say Love» como primer single. ¿Es complicado actualmente poder hacer sonar este tipo de canciones, un slow jam, en las emisoras de radio americanas y canadienses?

GL: Un poco, porque la música actual es en general bastante rápida. Mucha gente aprecia un tema lento pero no hay tantas plataformas para ellos como antes. Aunque hay una cierta demanda al respecto y la gente es más abierta, busca cosas diferentes. No siempre estamos bailando, a veces necesitamos algo que aporte un determinado ambiente cuando estamos con un ser querido o algo que nos relaje, y para ello no hay nada mejor que el R&B y las canciones de amor, ¿no?

UMOmag: Muchos artistas han caído en la tendencia de hacer versiones de sus adorados artistas. Tú has sido comparado con Stevie Wonder y en su día grabaste «Superstition». ¿Te verías capaz de hacer un disco de versiones llegado el momento?

GL: No sé… Quizá lo haga algún día, porque hay muchos artistas a los que admiro, como The Police, Joni Mitchell, The Beatles, Stevie Wonder o The Gap Band… Podría seguir dándote nombres de muchos géneros musicales porque se han escrito canciones maravillosas. Si fuese a hacerlo, me resultaría difícil elegir sólo 12 canciones, porque hay tantos artistas buenos que sería muy duro. Pero en mi show en vivo ya he interpretado algo de Stevie Wonder o Michael Jackson entre mis canciones, es una forma de homenajear la música que adoro. Es posible que haga alguna versión suelta en el futuro, pero grabar un álbum con 10 o 12 covers sería una tarea ardua.

UMOmag: Tu padre es jamaicano y has hecho tus colaboraciones con, por ejemplo, gente como Spragga Benz. ¿Sientes atracción por los sonidos que se hacen en la isla? ¿Cuáles fueron los artistas con los que te criaste?

GL: La verdad es que sí. Mi padre es jamaicano y mi madre de Trinidad. Desde pequeño me expusieron a música excelente, creada en las indias occidentales, desde Sparrow a Bob Marley, pasando por Beres Hammond. He crecido con ello y he estudiado en profundidad el soul norteamericano; fueron mis principales influencias en mi época de crecimiento. Esa música es parte de mí, la llevo en la sangre, es una influencia natural y a veces se refleja en el proceso creativo. De hecho, en Moment of Truth hay un par de canciones que tienen un toque de las islas: «Time Soon Come» y «All My Love», donde tuve el placer de trabajar con Melanie Fiona, que también es de Toronto.