Tiene en su haber tres álbumes y ya es considerado uno de los jazz man más importantes de los últimos tiempos. Se llama Gregory Porter y ha conseguido crear un numeroso grupo de admiradores detrás de su música. Y no es de extrañar, canta con la fluidez perfecta de una estrella del pasado y compone letras actuales y sentidas que no dejan indiferente a nadie, sin lugar a dudas Porter es ambidiestro en lo suyo. Acaba de estrenar nuevo álbum, Liquid Spirit y hemos tenido la oportunidad de que nos cuente todos los detalles sobre los poderes curativos de su música.

 

UMOmag.com: Dos nominaciones a los Grammys, titulares como «La nueva voz brillante del Jazz», «Uno de los principales talentos del jazz», The Huffinton Post, Billboard y así un sin fin de publicaciones se deshacen en halagos con tu trabajo. ¿Cómo se llevan las buenas criticas, ejercen más presión o es algo que a estas alturas no te afecta?

Gregory Porter: (Risas). No dejo que supongan ninguna presión sobre mis actuaciones o mis grabaciones. Simplemente, sigo haciendo lo que hago; mi lema es que sólo puedo ser yo mismo y eso es saludable para mí. Sólo puedo ser yo, cantando y componiendo mi música en la forma que sé hacerlo y si la gente responde de modo positivo a ello…

No, no me afecta. He heredado de mi madre una gran dosis de humildad. Lo que comentas son nada más que definiciones de gente que define y no es algo que me preocupe; agradezco los cumplidos y críticas positivas pero al final tengo que seguir haciendo mi música, componiendo y cantando, porque eso es lo que me mueve y no las críticas… (Risas).

UMOmag: Liquid Spirit es el nombre de tu nuevo trabajo. ¿Tiene propiedades curativas?

GP: Sí… El tema del agua vuelve a emerger en este álbum, como en Be Good y Water. Hablo de la liberación de energía y emociones, en la cultura, la música y el amor. Eso se refleja tanto en «Musical Genocide» como en el tema que da título al disco, «Liquid Spirit».

UMOmag: Es tu primer trabajo con el sello Blue Note, aquí entre nosotros y sin ánimo de ser indiscretos, ¿cómo fue esa llamada?

GP: Fue muy excitante. Blue Note es un sello legendario en el jazz, que ha sido clave en la documentación de la historia de la música. Recibir esa llamada fue un gran honor y Don Was me dijo que me limitase a ser quien soy, que continuase haciendo lo mismo sin cambiar ni reinventarme a mí mismo. Tenían bastante confianza en lo que yo representaba ya como artista y por tanto, se trata de una experiencia estupenda.

UMOmag: En Liquid Spirit, has contado con los mismos músicos que en Water y Be Good, a excepción de Curtis Taylor y Glen Patscha que te acompañan por primera vez. ¿De qué manera te complementas con ellos?

GP: Fantásticamente. Curtis ya colaboró conmigo en Water, y además ha actuado en vivo con la banda en alguna ocasión. Me gusta trabajar con los músicos que trabajo porque son únicos, tanto en el plano individual como en el artístico. Llevamos tocando juntos mucho tiempo y ya tenemos un sonido que nos distingue. Me entienden como artista y como cantante y saben lo que quiero transmitir y las emociones que pretendo imprimir en mis canciones. Trabajar con ellos y con los nuevos músicos ha sido una experiencia gratificante.

UMOmag: Con la dulce resaca que dejó en el público tu anterior disco, Be Good, ¿cómo ha sido el proceso de creación de los nuevos temas en tan poco tiempo?

GP: Mientras estaba de gira por Europa, componía nuevo material. Por ejemplo, en Francia escribí mucho viajando en tren. En general, no me siento y sigo un ritual a la hora de componer sino que dejo que las canciones vengan a mí y las atrapo cuando aparecen; pero tengo que estar listo cuando eso ocurre, asegurándome de que tengo a mano papel y lápiz, una grabadora o cualquier otro medio para plasmar la idea. Más tarde, vuelvo a ello para perfeccionarlo. El proceso no fue muy difícil y ahora sigo componiendo mientras continuamos la gira; hay diferentes canciones que vienen a mí y las capturo cuando llegan.

UMOmag: Háblanos de las interpretaciones que haces de canciones como «I Fall In Love Too Easily» o «Lonesome Lover». ¿Por qué ellas?

GP: «Lonesome Lover» es un tributo jazz a Abbey Lincoln y Max Roach. Abbey siempre ha sido una gran inspiración artística para mí tanto en la forma de componer como de actuar. El estilo tan personal que ella tenía, con los pies en la tierra, siempre me ha resultado muy atractivo. «I Fall In Love Too Easily» es un estándar cuya versión más famosa es quizá la de Chet Baker; intento elegir los estándares que en cierto modo se acercan a mi personalidad, en los que puedo añadir un cierto toque emocional. En mi personalidad está el enamorarse muy fácilmente… (Risas). Por tanto, no fue demasiado difícil.