KEM se lo toma con la calma, es un músico que no sigue los dictados del mercado. Compone a su ritmo y apuesta por una forma de hacer música de antaño, pero sin dejar de inspirarse en situaciones tan actuales como personales. Ha vivido un renacer de su arte con un nuevo disco, Promise To Love, que hará las delicias de los amantes del sonido que muchos queremos que nunca se vaya.

 

UMOmag.com: Eres un artista que en estos años te has prodigado en justas dosis. ¿Prefieres ser certero en tus lanzamientos discográficos frente a dejarte arrastrar por un ritmo de ediciones frenético que no te permita hacer las cosas como quieres?

KEM: Sí. Creo que no favorezco en absoluto a mis seguidores si me dedico a editar música sin más, si por ejemplo editase un nuevo álbum al año o cada dos años. No compongo a ese ritmo y no sería justo porque quiero publicar trabajos de calidad, me gusta tomarme mi tiempo y ofrecer el mejor disco posible. Eso supone tiempo.

UMOmag: La voz en falsetto que muestras en temas como “Do what you gotta do” recuerda a otras como las de El Debarge o Smokey Robinson incluso. ¿Te sientes cómodo en ese registro?

K: (Sonríe). Me siento muy cómodo con ello, sobre todo en el estudio donde tienes oportunidad de repetir y repetir hasta que el resultado es el que buscas. Cantar así en vivo es más complicado, porque muchas veces dependes de las circunstancias: de si actúas en el interior o en el exterior, de si tu voz tiene o no un buen día… Es más difícil pero me gusta mucho ese sonido. “Do What You Gotta Do” es mi tema favorito de Promise To Love.

UMOmag: La crisis mundial crees que repercute en la vida diaria de las parejas e incluso en el deseo de querer tenerla y compartir la vida con alguien. ¿En qué crees que ha influido la situación que estamos viviendo a nivel mundial?

K: Esas crisis que mencionas hacen que la gente piense en lo que de verdad importa. Toda la negatividad, los problemas ambientales o económicos, provocan que la gente se plantee la importancia de las cosas y fortalecen las uniones entre esas personas. Es triste que sea así, pero a veces deben producirse esas circunstancias para que la gente se una, para pensar qué es lo real, lo importante de la vida; en cierto modo, colocan a todo el mundo en el mismo barco. En mi vida personal, y creo que esto vale para casi todo el mundo, no estás dispuesto a hacer algo, a cambiar o a pensar en lo que es real a no ser que ocurra algo malo… (Se ríe). Si algo terrible ocurre, ¡Dios tiene toda tu atención! (Risas).

UMOmag: Ante el aluvión de artistas jóvenes que apuestan por ritmos y arreglos más electrónicos. ¿Qué posición ocupan en el mercado artistas de las características que tenéis tú o por ejemplo Joe Thomas, Eric Benét o Maxwell? ¿Te sientes más valorado, por ejemplo, en Europa?

K: Creo que siempre va a haber sitio para el sonido más orgánico. No quiero decir con ello que la música hecha por ordenador no sea real, pero la música de verdad siempre tendrá su sitio. Artistas como Maxwell o yo mismo tenemos que cuidar la música que hacemos y asegurarnos de que tiene calidad, de que componemos buenas canciones. La música orgánica, de verdad, resiste el paso del tiempo. Espero que mis canciones se sigan escuchando dentro de 20 años. Es un estilo, un género musical, que aguanta el paso del tiempo; y como antes te dije, lleva tiempo crear este tipo de música. No podemos dar por sentado que tenemos un público, unos fans, tenemos que ofrecerles siempre algo que merezca la pena.

La verdad es que no. Mi público más amplio sigue estando aquí en Norteamérica. Fuera de los EE. UU, tengo mucha aceptación en Sudáfrica. Me encanta Europa y también he visitado Japón; estoy creciendo en el mercado europeo y sé que en él se trata esta música de un modo un tanto distinto que en Estados Unidos. Los europeos aman la música, se interesan por quién toca en un disco, quiénes forman la banda… Es un nivel de apreciación distinto.

UMOmag: Tu gusto por los arreglos instrumentales jazzy como en “Say Something Real” bebe indudablemente de los clásicos. ¿Tocas algún instrumento? ¿De dónde provienen tus influencias en este sentido? ¿Crees que el R&B se ha olvidado de este tipo de producciones y por eso se ha hundido en programaciones frías y nada orgánicas?

K: Toco el teclado y compongo las canciones en el ese instrumento. No toco en “Say Something Real” pero sí en “Promise To Love” y en alguna otra canción.

Pienso que quedan pocos artistas que hagan la música del mismo modo que la hago yo. No creo que mucha gente haga ese tipo de arreglos, con instrumentos reales de cuerda o de metal. Sé que quizá no soy muy prolífico, pero cuando escuchas un disco de Kem tiene bastante sustancia, es algo muy pensado, con producción de primera clase. Intento hacer música como Quincy Jones, trato de usar su enfoque y espero que mis seguidores sepan apreciarlo.

UMOmag: ¿En qué han influido tus pasos en Detroit, la Ciudad del Motor y cómo estás viviendo la dramática situación financiera que está atravesando la ciudad en la que te has criado?

K: Detroit está lleno de buena música. Nací en Nashville, otra ciudad de gran tradición musical. Creo que tengo el tema bastante cubierto entre Nashville y Detroit, son ciudades con mucha historia musical, con músicos legendarios; y estoy orgulloso de formar parte de esa herencia musical.

La situación económica de Detroit está mejorando. Lo hemos pasado bastante mal pero el futuro es esperanzador; hay muchas inversiones y el centro de la ciudad está subiendo. Los valores y el orgullo de ser de la ciudad han vuelto a crecer, la industria automovilística se ha estabilizado… Nuestros mejores días están por venir. Estoy contento de formar parte de Detroit.

UMOmag: ¿Cómo ha sido trabajar con Ron Isley? ¿Cómo se urdió la colaboración? ¿Satisfecho con el resultado? ¿Y con Snoop?

K: Ronald Isley es increíble, es uno de mis mentores musicales. Fue una experiencia que me llenó de humildad; producir las voces de una leyenda musical es algo indescriptible. Poder llamarle amigo me llena de orgullo.

Conocí a Ron hace algunos años y le dije que era un gran admirador suyo. Y resulta que a él también le gustaba mi música. Empezamos a hablar sobre una posible colaboración, me pidió un tema y el proceso me llevó algún tiempo; aunque creo que dimos en el clavo con “My Favorite Thing”. Es así como empezó nuestra relación.

Snoop es también una leyenda. Su trabajo siempre me ha gustado y pensé que sería estupendo contar con él en Promise To Love. Aparece en la canción Downtown y la verdad es que yo mismo iba a grabar el rap del tema; pero alguien me mandó un vídeo de YouTube donde Snoop cantaba una de mis canciones y me pareció muy divertido. Me gustó mucho y también me sentí humilde al respecto; le llamé para ver si quería aparecer en el tema en vez de ser yo quien hiciese el rap. Le encantó el proyecto y creo que la canción ganó muchísimo con su presencia.