«Yo no soporto cantar la misma canción de la misma manera dos noches seguidas», la que habla es Eleonora Fanagan, envuelta en su alter ego Billie Holiday. Lo hacía para dejar constancia en sus memorias, Lady Sings the Blues (1956) que, «en toda la Tierra no hay dos personas idénticas, y lo mismo tiene que suceder en la música, de lo contrario no será música». Tal vez eso provocó que sea conocida en el mundo entero como la voz más mítica del jazz. Y como los mitos siempre tienen una cara amarga, parece que Holiday estaba destinada a sobrevivir entre turbulencias desde que asomó la cabeza a este mundo un 7 de abril de 1915 en Pensilvania.

Creció entre palizas, maltratos, prostíbulos, internados, cárceles, violadores, chulos y drogas. Empezó a escuchar a Bessie Smith y a Armstrong mientras limpiaba un burdel, y desde ese momento nació su pasión por la música. En los años 30 se inició en los clubes de Harlem donde ponía su voz al servicio del pianista y el público de turno a cambio de propina. No empezó a cantar por hobby, sino por el hambre y la necesidad.

En uno de esos bares la descubrió Jhon Hammond, y luego vinieron Joe Glaser, Bennie Goodman, Bernie Hanighen, Teddy Wilson, Lester Young, Count Basie y muchos más; llegó su primer sencillo «Your Mother’s Son In Law»; su recorrido por las distinguidas salas americanas, las giras; llegaron los grandes éxitos como «Strange Fruit», ¡y tantas cosas! Pero hasta en las mieles del éxito se saborea el ardor y la amargura, en el caso de Holiday fue su adicción a la heroína.

Murió en 1959, a los 44 años, pobre, enferma y bajo arresto domiciliario por sus coqueteos con los estupefacientes. Ella ya lo pronosticó, «se plantaría joven». ¿Lo único que dejó? Su voz esplendorosa en multitud de grabaciones.

Atreverse con las canciones que Holiday es de valientes, es por eso que hemos querido recopilar 5 LPs de diferentes artistas que han homenajeado a la vocalista en su primer centenario. Ellos no suenan igual que ella, ni siquiera lo intentan. No es el objetivo. Ahí está la grandiosidad, porque en palabras de Billie: «Todos tienen que ser diferentes. No puedes copiar a alguien con la esperanza de funcionar mejor. Si copias, trabajarás sin verdaderos sentimientos. Y sin sentimientos, todo lo que hagas equivaldrá a nada».

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1. José James – YESTERDAY U HAD THE BLUES (Blue Note Records, 2015)

Billie Holiday tuvo un hijo secreto. No se asusten es una vil falacia pero… ¿Y si fuera cierto? Probablemente si algo tuviese de verdad, creemos que se llamaría José James. Él es uno de los vocalistas más afamados de los últimos tiempos en el mundo del jazz. Es joven, tiene una voz atronadora y es el niño mimado de la Blue Note, y no es para menos, se lo ha ganado a pulso. Muestra de ello es su último trabajo, Yesterday I Had The Blues, un tributo a su «madre musical», con motivo de la conmemoración de su centenario.

Yesterday I Had The Blues es uno de los discos más exquisitos de este año, así lo dicen todos los sabios y consabidos del sector. Primero porque en la voz de José las canciones de Holiday no pierden su esencia, ni mucho menos todo el significado que las envuelve; y segundo porque la instrumentación es más que perfecta, al piano, la batería y el bajo le acompañan Jason Moran, John Patittuci y Eric Harland.

Un total de 9 canciones conforman este trabajo, todas escritas o coescritas por Lady Day, a la medida del traje vocal de José James. Abriendo con «Good Mornig Heartache», el vocalista se entrega de lleno a su labor de agradecimiento con canciones como «Fine And Mellow», «Lover Man», «God Bless The Child» o el gran himno «Strange Fruit». Cada una de ellas brilla con luz propia, la luz que le aporta el hijo musical de Holiday, con sus improvisaciones, sus dejes y gran parte de su alma.


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2. Rebecca Ferguson – LADY SINGS THE BLUES (Syco/Sony Music, 2015)

No la juzguen por su edad: 28; no la juzguen por su discografía: 3 discos; no la juzguen por su procedencia: The X Factor, porque todos estos datos sobre Rebecca Ferguson a Billie Holiday le hubiesen importado un bledo. Es como aquella vez que entró en el famoso Café Society la pequeña Hazel Scott a hacer una prueba de piano y el dueño, Barney Josephson no quería contratarla porque no era bonita y era «demasiado oscura», Billie le grito: «¿Qué te importa su color si tiene talento?». Con Rebecca Ferguson seguro que hubiese dicho algo así como: «¿Qué te importan todos esos datos de biblioteca, si la chica tiene talento?».

La anécdota de miss Hazel Scott la cuenta Holiday en su libro de memorias Lady Sings The Blues y así precisamente ha decidido llamar la artista inglesa, Rebecca Ferguson a su nuevo álbum con motivo del centenario de la cantante. Un total de 17 canciones recoge Ferguson en este disco. No es osadía, es valentía, puesto que se atreve a empezar con «Get Happy» y se lanza con canciones como «Summertime», «Blue Moon», «God Bless The Child» o «All of Me», entre otras muchas.

Ferguson trae aquí con su voz a veces firme y otras veces juguetona, la juventud de Holiday, esa energía que fue en un principio y que perdió con el paso de los años. Se nota que es un disco realizado desde el sentimiento, tiene un aire nuevo que combina muy bien con el jazz de ayer y el soul de hoy.


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3. Cassandra Wilson – COMING FORTH BY DAY (Legacy/Sony Music, 2015)

La artista Cassandra Wilson también se ha unido a la lista de cantantes que homenajean este año a Billie Holiday. En su caso de una forma muy especial, pues ha titulado a su nuevo álbum, Coming Forth By Day, lo que viene a ser lo mismo que El Libro de los Muertos egipcio. De esta manera, Wilson quiere llevar la paz y la tranquilidad al alma de Holiday, transformando las canciones de ésta en sortilegios.

Se trata de un disco trascendental, en el que se recoge con una delicadeza extrema, gran parte del repertorio más importante de Holiday y que además incluye una canción creada por Wilson, «Last Song (For Lester)», un homenaje al gran amigo de Lady Day, Lester Young, su gran apoyo mientras estuvo en pie.

Cuenta la artista que este LP está realizado para traer los éxitos de la gran Billie Holiday al siglo XXI, gracias a canciones como «What Little Moon Light Can Do», «You Got My Head», o «I’ll Be Seeing You», junto a otras mucho más conocidas como «Strange Fruit», «Don’t Explain» o «Crazy He Calls Me».

Una de los elementos más destacados de este álbum es la elegancia con la que Cassandra afronta el reto. Aunque hay que apuntar que el talento reconocido de esta ganadora de dos premios Grammy, se ha unido en este caso al talento del productor Nick Lunay, de quien se sabe ha trabajado en gran parte de las producciones de Nick Cave. Y esa mezcla ha dado un resultado muy placentero.


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4. Chet Baker – BAKER’S HOLIDAY (Limelight Records, 1965)

Una vida turbulenta rememora a otra vida turbulenta en un álbum recopilatorio, ¿qué puede salir de ahí? Aunque parezca mentira, en Baker’s Holiday, el disco homenaje del trompetista Chet Baker a Billie Holiday, lo que se respira es la tranquilidad absoluta, y mucho entendimiento.

Chet lanzó junto al sello Limelight este disco en el año 1965, dos años antes, en 1963 el trompetista declaraba en una entrevista para Jazz Magazine: «he tardado veinte años en empezar a tocar bien. Sólo ahora empiezo a tocar como es debido». El Baker de los 60 tenía la experiencia y se gustaba más, era quizás este el mejor momento para rememorar a Billie.

Acompañado por el piano de Hank Jones, Richard Davis al bajo, y Connie Kay en la batería, le da una nueva vida a los temas más reconocidos de Lady Day. En total 10 canciones, tales como «Travelin’ Light», «When Your Lover Has Gone», «Mean To Me» o una elegante «Don’t Explain». Todas con la plica Chet: sus solos de trompeta triste y su voz de poeta susurrante.

Los dos heroinómanos, los dos enfermos; ella amaba a los hombres, él amaba a las mujeres; ella un tanto extrovertida, el muy para sus adentros. Ambos orgullosos de no sonar nunca igual, porque al fin y al cabo eso es el jazz. Baker’s Holiday es Baker siendo la voz y la trompeta proyectada hacia abajo para admirar a la de arriba, es un respiro, son unas vacaciones.


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5. Sam Cooke – TRIBUTE TO THE LADY (Keen Records, 1959)

Corría el mes de enero de 1959 y Sam Cooke se encontraba en el estudio grabando Tribute To The Lady, su tercer álbum, todo un homenaje a Billie Holiday. Nada para él hacía presagiar que tan sólo 3 meses después de la salida de este disco en abril del 59, moriría ella, uno de sus grandes ídolos. Como si fuera la ‘Crónica de una muerte anunciada’ de Gabriel García Márquez.

Este disco es de los importantes, y es uno de esos que no se puede olvidar al hacer mención de famosos recopilatorios. Es un LP raro donde los haya, y no porque Cooke suene mal o porque el tributo esté por debajo del nivel de lo que el vocalista tenía acostumbrados a sus fieles, no, el disco es genuino, pero es de esos que son muy difíciles de encontrar, que salieron unos cuantos al mercado y su paso por las tiendas de música fue fugaz. En definitiva, es de esos que a los coleccionistas les enorgullece tener en sus vitrinas y que te enseñarán pero muy pocas veces te dejarán tocar, aunque años después hayan salido varias revisiones del mismo.

Cuenta con un total de 12 canciones, entre ellas, «Solitude» o «Lover Come Back To Me», para una servidora sin lugar a dudas dos de las mejores versiones del álbum. Aunque en todo el repertorio, se puede escuchar como el legendario Cooke se toma con una extrema seriedad todas las letras que Billie hacía suyas. Al que le guste Sam Cooke, se encontrará con uno más reflexivo, pero igual de encantador.