Sia
THIS IS ACTING
RCA Records/Sony Music, 2016
Pop
Valoración: 6.0
Disponible en: Amazon | iTunes
Para alguien con siete álbumes tras de sí y poco más de veinte años de carrera, parecería complicado lanzar un argumento novedoso a través de un elemento discográfico -al menos por completo-, y en el caso del más reciente título de la australiana y su This Is Acting, Sia refleja justamente eso. La falta del factor sorpresa, pues con una compilación de canciones que las grandes ligas le negaron, realmente, no hay mucho nuevo por interpretar.
Luego de sus reconocidos éxitos en el último par de años y del que «Chandelier» se enfundó la mayor gloria, Sia regresa con una serie de temas que fueron escritos en su mayoría (a excepción de uno) para otros artistas: Adele, Rihanna, Shakira y Beyoncé encabezan dicho listado. ¿Es entonces este álbum un surtido rico de éxitos interminables? Lamentablemente para la compositora, sólo a medias.
Es natural que muchas de las piezas del disco se sientan lejanas, fuera de contexto y con poca relación hacia la figura de la australiana, y en consecuencia y por la misma herencia lírica y su inicial destino en otras voces. En una primera escucha este material podría parecer más una repetición de la fórmula, un reciclaje del pop más inmediato, infeccioso y eficaz que se escucha en cualquier estación de top 40… Funciona, pero con muchos rezagos que hacen que luego de una docena de temas mayormente insípidos, la reproducción se perciba lenta y medianamente interminable.
El inicio del álbum es hasta cierto punto atinado, es fuerte y se mantiene sobre el eje de 1000 Forms of Fear, pero de ahí en adelante, el tracklist no realza con certeza y mucha coherencia la presencia de la australiana y se desliza entre la monotonía de sus lanzamientos pasados y el intento de explotar con un hit digno, el cual no termina por sobresalir notoriamente.
En el nuevo envoltorio hay temas que van desde la discoteca más convencional con «Move Your Body» (tan predecible) a canciones como «Unstoppable», «Footprints» o «Broken Glass», que pese a su posible apariencia de melancolía, terminan por escalar hacia un desaliñado pop que nunca llega a cuajar. Eso sí, «Sweet Design» se cuece aparte, y aunque con dejes de máquinas electrónicas noventeras, Sia se atreve a romper el molde con un tema que posiblemente no se baile, no sea tan radio friendly, ni sea el más popular, pero sí el que más aporta de todo el largo.
Es un disco de éxitos de gran calidad y con una impecable producción, pero desde un inicio, éstos no le pertenecían a Sia.