Aunque impecable en estilo y vigoroso en escena, Mayer Hawthorne, telonero oficial de la gira «The Moonshine Jungle» de Bruno Mars, seguramente era un gran desconocido para el público adolescente y familiar que dominaba el aforo del recinto y, más que sorprendente se mostró demasiado ajustado al guión. Pero el Palau Olímpic de Badalona consiguió un aforo casi completo incluso en gradas, e inundado como estaba de gritos de fanáticas quinceañeras, y no tan quinceañeras, se dio paso a la presentación del último trabajo del artista hawaiano, titulado Unorthodox Jukebox (Atlantic Records, 2012).
Lejos del movimiento groupie que desata su presencia, el merchandising y los fuegos artificiales utilizados para el evento, BM cumplió las expectativas del directo poniendo toda su carne en el asador al irrumpir en escena con una carismática banda de músicos que lo mismo se marcaban una coreografía de baile o hacían un solo instrumental. La banda empezó entre alaridos con «Moonshine» y «Tresure», todo un subidón de adrenalina y viveza, quizás el tema más refrescante del concierto. A estos cortes los sucedieron una breve versión del «I Need A Dollar» de Aloe Blacc, y un toque reggae con «Show Me», que hizo las delicias de las asistentes con los sensuales contoneos de los músicos al ritmo de la canción.
El acompañamiento de la pirotécnica, el uso de las luces, y un esmerado montaje demostraron la profesionalidad del equipo técnico que se encontraba tras el directo, y tal trabajo consiguió aportar sentimiento y expresividad a la melancólica faceta de Bruno Mars que, con temas de lágrima floja como «First Time», «Marry You» o «If I Knew You» y «When I Was Your Man», con dedicatoria incluida a una fan, conquistaron absolutamente la atención de las chicas.
Muestras de virtuosismo por parte del teclista de la banda encaminaron hacia la actuación a su final y, finalmente, se oyeron los esperados singles «Just The Way You Are» y «Locked Out Of Heaven». Tras un amago de marcharse del escenario, el cantante subió nuevamente a escena para demostrar que no sólo sabe cantar y bailar, sino que además puede tocar la batería a todo trapo.
Acertado juego de música y baile, músicos carismáticos y cercanos con las fans -como no podía ser de otra manera en una gira millonaria- unido a los sensuales pases de baile que sacaban sonrisas pícaras a más de una madre de alguna quinceañera, Bruno Mars se llevó el cariño de su público y no dejó lugar a dudas de que su estilo es impecable y su banda cumple con las expectativas que promete. El showman y el romántico, el bailarín y el músico en una persona, el guapo que lo sabe.