Si alguien vio algo extraño en el cielo de Madrid la noche del jueves, no fue un eclipse como se anunció, fue otro fenómeno acarreado por Fuel Fandango. Se llama Trece Lunas (Warner, 2013), es el último trabajo del grupo y esa noche deslumbró con fuerza en la Sala BUT.
Todo listo para recibirlos, las flores y las plumas de pavo real adornaban el escenario, una gran muchedumbre ferviente por escucharlos, el sonido apunto y allá que entraron ellos, con algo de retraso, pero entraron. Ale con una mano vendada fruto de un «pequeño accidente» que le impediría tocar la guitarra pero no el teclado, y Nita arrastrando con ella ese aire flamenco que la envuelve allá por donde pisa. A la batería un enérgico Carlos Sosa y como apoyo acudiría Jordi Arranz y su guitarra.
Fácil no lo tenían, ya lo dijo Ale: «No esperábamos para nada esta reacción de vosotros con el nuevo disco». Y es que el 23 de abril salió a la luz este segundo álbum, al día siguiente ya lo presentaban en Barcelona. El jueves tocaba Madrid, allí lograron congregar a una gran multitud de seguidores, que sin mucho tiempo para empollarse la recién estrenada lista de canciones, no faltaron a la cita.
Sonaron las primeras notas de «City», canción que también sirve como apertura de este disco, tras ella «Fighters» y «Tell Me». En un primer momento más de uno estaba despistado y el habladero constante reinaba en la sala (como siempre ocurre con algunos en estos casos), pero el «lelelelereleire» que entonó Nita para introducir la ya mítica «The Engine», fue motivo suficiente para captar su total atención hasta el final. En ese momento, se produjo una gran explosión de energía entre el público y hasta el final del concierto allí nadie paró de moverse.
Todo presagiaba que con esa trabajada puesta en escena, la naturalidad, el buen hacer y el carisma del grupo, la noche iba a dar mucho de sí. Sin ir más lejos, la locura se desató cuando una arrolladora Nita se arrancó como una fiera con un set de batería acompañando a Sosa al ritmo de «Nature». Ahí ya nadie se contuvo y la letra no fue excusa para no saltar y bailar con «New Life» y «Read My Lips».
Para más alegría de los allí presentes, no faltaron guiños a su primer disco. «Shiny Soul» o «Monkey» hicieron acto de presencia y para nada decepcionaron al personal. La voz de Nita brilló por todo lo alto al igual que siempre y remató la faena cuando ataviada con un abanico se marcó un baile flamenco de lo más jondo.
Música electrónica, flamenco, funk, soul, rock, pop, e inclusive algún estilo más, son los palos que Fuel Fandango tocan en Trece Lunas, un disco muchísimo más variado de lo que fuera el primero. Desde luego en próximos directos se entrevén las buenas críticas, porque en la presentación del jueves demostraron que se dejarán la piel en el escenario. Vuelven con ganas.