Dano se junta con el productor Emelvi para presentar un EP conjunto. Un trabajo que nos traen las formas de lo que sonaban en cintas y que viene de la mano de Ziontifik Music y respaldado por Warner Music Spain. Equilibrio, una obra con sus respectivas instrumentales que evoca a una época y un íntimo cuidado. Corta duración que llega el último mes del año para erigirse como una de los trabajos de la temporada. Además, sin fecha de caducidad.

 

UMOmag.com: «Soy un puto enfermo del control pero esta vez le dejo espacio a Emelvi para que haga su movida». ¿Sientes algún tipo de responsabilidad al trabajar con el MC argentino? ¿Cómo se ha gestado el trabajo a la hora de crear beats y demás?

Emelvi: Por supuesto, he sentido gran responsabilidad. Dano es muy perfeccionista y desde el principio teníamos claro que íbamos a ser muy exigentes con la elección de los beats. A la hora de crear los ritmos, he trabajado como siempre, con ciertas ideas predeterminadas pero dejando que fluyese la música. Los que me iban gustando, se los enseñaba a Dano y así los fuimos eligiendo.

UMOmag: «Guías a tu pueblo con normas que se deforman […] cuanto más se golpea más se conforma» (Buenos Aires I). Ya van tres temas dedicados a tu ciudad natal. ¿Qué recuerdos te trae Buenos Aires, hay nostalgia en ese recuerdo?   

Dano: Los recuerdos están plasmados en esos temas… sobre todo me faltaba la experiencia de poder filmar allí, es gran parte del motivo por el que exista la tercera parte. Cuando hice las dos primeras tenía 18 años y prácticamente carecía de experiencia tras la cámara. El año pasado, y tras el intensísimo año de Ziontifik Black Ops, el universo cuadró para que pudiese ir a Buenos Aires, con mi cámara, y un pedazo de beat de Emelvi bajo el brazo. La letra se fue escribiendo a medida que filmaba el vídeo, por lo que es una experiencia audiovisual totalmente entrelazada.

UMOmag: En más de una ocasión has declarado que vienes de familia de músicos, ¿en qué estilo de música se movían? ¿Por qué tú te decantaste por el hip-hop?

D: Mis viejos son, o eran, la vanguardia de su época. Mis abuelos (ambos de los maternos y el hermano de mi abuela) son grandes músicos del folkore de mi país. Considerados parte del legado histórico de los sonidos tradicionales de mi tierra, es lógico entender que mis viejos buscasen romper con esa tradición en pos de perfeccionar los estilos de su época. Mi vieja es soul, rock & pop. Cantante y arreglista, tuvo el primer grupo de pop-rock femenino en toda latinoamérica. Mi padre es la otra cara de la moneda; bajista de jazz, fusión, latino y tango, ha pasado su vida (y sigue) estudiando las raíces de la música latinoamericana, explorando sus orígenes y nexos en su actual proyecto Colonizados.

Supongo que me decanté por el hip-hop por el mismo motivo que ellos se decantaron por sus correspondientes palos. Era la música de mi época. Crecí en los 90, escuchando Michael Jackson y Prince, y en sus discos ya era latente la inevitable influencia de la producción hip-hop. Tuve la suerte de vivir en el Reino Unido entre el 95 y el 97, cuando no había internet y la gente se compraba discos, grababa cintas y moría por novedades de los States. Tuve suerte.

UMOmag: ¿Cómo ha sido el proceso de producción? ¿Ha sido muy exigente Dano a la hora de la elección, se ha  quedado algún tema fuera descartado?

E: El proceso que sigo para hacer los beats comienza por la búsqueda y elección de una muestra (sample) principal. A partir de ahí, viene la parte más creativa que consiste en  darle forma a esa muestra e ir añadiendo elementos (percusión, bajo, sintes…). Después mezclamos los beats por pistas, los estructuramos y los arreglamos en casa de Dano junto con las pistas de voz y alguna cerveza de importación.

Se ha quedado algún tema fuera durante el camino por no encajar bien en el conjunto del EP.

UMOmag: Después de recorrer un gran número de ciudades con Ziontifik, ¿guardas alguna anécdota especialmente llamativa o que guardes con cariño y que puedas contar?

D: Buf… Miles (Davis). Recuerdo la primera vez que salimos de Madrid, el recibimiento que tuvimos en el norte fue genial… Perder a Elio Toffana en Barcelona y no saber nada de él hasta que aparece un mensaje de FB diciéndonos que fuésemos a rescatarlo a no sé dónde… Quedarnos tirados en el medio de la autopista de Sevilla con Cabal, bajo el sol al mediodía, pensando que el coche se había jodido… ¡y sólo era el puto freno de mano que estaba medio echado! Y así, muchas más…

UMOmag: Entre todas las creaciones propias a lo largo de tu trayectoria, ¿hay algún tema al que le tengas especial cariño? ¿Cuándo se da el primer contacto con el ámbito musical y empiezas a hacer beats?

E: Pues a varios. Al remix de Large Professor que hice en «Dusty» en 2010, porque me lo editaron en vinilo sin permiso en Japón y tuve que comprarlo por 20 euros. De esto me enteré en un foro de diggers alemanes y todavía quedan algunas copias en Jetsetrecords.net. En Equilibrio, le tengo especial cariño al beat de «Arriba», por como fue desarrollándose todo desde que le enseñé el beat a Dano en mi casa por primera vez, hasta que grabamos el tema y terminamos de montar el vídeo. Una experiencia inolvidable.

Mi primer contacto con el rap es alrededor del año 1992, cuando me empezaron a rular las primeras cintas gente con la que jugaba al baloncesto en los parques. Good old days. Comencé a hacer beats en 2003.

UMOmag: Han pasado cinco años desde el lanzamiento de aquel Cierra Los Ojos; a día de hoy hay gente que aún demanda copia física de dicho trabajo, ¿qué recuerdos te vienen de la publicación de ese disco?

D: Cinco desde que se editó, siete desde que se grabó. Los recuerdos son todos positivos. Hasta los aparentemente negativos han terminado enseñándome un montón de cosas. Estaré eternamente agradecido a las personas que confiaron en mí y me dieron la oportunidad de entrar en un estudio con mis 18 años, mis beats, mis letras y mi paranoia de Quincy Jones y dejaron que hiciera mi movida. Mi hermano mayor Killer B me enseñó cientos de trucos de producción, aprendí muchísimo con él, día a día tras el Pro-Tools. No sería quien soy si esa grabación no hubiese sido de esa manera.