Fotografía by Holly Andres

Emily aspira a convertirse en el alter ego de Esperanza Spalding, ha logrado sacar a la luz su parte más camaleónica, le ha cambiado el vestuario, ha mudado su peculiar afro, le ha despojado de su contrabajo y le ha pegado una alta descarga de dotes interpretativas; pero pese a la intención de ese nuevo yo, la grandiosidad de la artista de Portland sigue implícita en su voz y bien marcada en su bajo eléctrico. Emily’s D+Evolution (2016, Concord Music) es la metamorfosis de Spalding, el proyecto que acaba de lanzar esta mujer prodigio del jazz y que tiene revolucionada a la crítica. Hemos tenido la oportunidad de charlar con Esperanza, la de verdad, para que nos cuente un poco sobre Emily y esta vertiginosa evolución.

 

UMOMAG.com: Por el momento… ¿Emily o Esperanza, cómo prefieres que te llamemos?

Esperanza Spalding: Llámame Esperanza, Emily es para lo estoy trabajando en estos momentos.

UMOMAG: ¿Cómo te despiertas un día y decides que estás en el momento adecuado para lanzarte a crear este proyecto, Emily’s D+Evolution?

ES: No fue tanto como despertarme, sino más bien no poder dormir. (Sonríe). En ese proceso de insomnio, ha surgido un ser, un sonido, una historia, un modo de interpretar… En mi mente. Aunque puede que tú lo llames inspiración. Pensé que había algo ahí, algo que me gustaba y pensé: “Esto es lo siguiente que voy a hacer”, y estaba en lo cierto. He pensado mucho en esa primera noche, en esa primera inspiración; Emily llamó a mi puerta, abrí y se quedó.

UMOMAG: Para algunos puede parecer una locura presentar un álbum en directo sin ni siquiera haberlo editado, ¿puede presumirse que te gusta el riesgo?

ES: Tienes razón. La verdad es que no me gustan demasiados los riesgos, pero sigo haciendo cosas que me meten en problemas… (Risas). Supongo que hago lo que tengo que hacer, ¿sabes? Sabía que la única forma de aprender algo sobre ese proyecto era interpretarlo y el álbum no se había editado todavía; pero tenía que tocar esa música y descubrir de qué iba la cosa… Hicimos una gira y… ¡no sé qué decir! (Se ríe). Es lo que es: no pensé que sería un riesgo sino algo que me ayudaría.

UMOMAG: ¿Qué tal ha resultado el experimento, te ha gustado la experiencia?

ES: Por supuesto. Es mi maldito álbum. Entramos en un estudio de LA en Noviembre de 2014 pensando que íbamos a grabar maquetas para enseñárselas a un futuro productor, que aún teníamos que encontrar. Pero nos dimos cuenta de que esas ‘demos’ eran la hostia y que ya teníamos el disco grabado. Fue entonces cuando me uní a Toni Visconti que actuó como co-productor, ayudándome a pulir el sonido, la mezcla y todo eso. Después de eso hicimos una gira de un año y me di cuenta de que la música había crecido tanto que teníamos que grabarla de nuevo; también que tenía claro que tenía que ser capturada en una actuación en vivo, por la forma en que sonaba. Pensamos cómo afrontar la grabación en directo y así se hizo el álbum. Por tanto, y respondiendo a tu pregunta, he disfrutado mucho con todo este proceso y estoy muy satisfecha con el resultado final.

NO TIENES QUE ENTENDERME, NADIE TIENE QUE HACERLO, NI SIQUIERA YO MISMA… SOLO QUIERO DECIR LA VERDAD SOBRE LO QUE VEO Y ESCUCHO Y COMPARTIR LO QUE HE DESCUBIERTO

UMOMAG: Tuvimos la oportunidad de verte actuar en Madrid el pasado mes de noviembre, descubrimos que Emily a parte de una buena voz, tiene mucho de actriz y de teatro ¿has tenido que aprenderlo o ya venía inscrito en tu personalidad?

ES: Creo que siempre ha estado en mi personalidad y ahora estoy aprendiendo cómo hacerlo. Es como cualquier otro talento: por el mero hecho de que esté ahí no significa que sepas cómo hacerlo. Siempre me han interesado el movimiento y la actuación, pero hasta ahora no los había explotado. Pero en este momento de mi vida necesito estudiarlos y aprender.

UMOMAG: ¿Sufre o se divierte uno trayendo una nueva esfera personal al escenario?

ES: No creo que sufra, para nada… (Se ríe). ¡Por supuesto que me lo paso bien!

UMOMAG: Vamos a ser listos y nos vamos a negar en rotundo a categorizar a la nueva Emily y a la Esperanza de antes, que si en jazz, que si en soul, ahora algo más rock, indie… Has desestabilizado a los críticos, ¡todo un logro en un mundo de etiquetas! ¿No crees?

ES: Es posible. Sería genial. Hay una fina línea que los creadores establecen entre hacer un trabajo que sea irresistible para los demás y no estar cohibido por el gusto de tu propio público. Es obvio que quieres hacer arte que conecte con la gente que lo recibe y no puedes limitarte porque temas que alguien pueda no entender algo que tú piensas que tiene tanto potencial… Como te digo, es una línea muy delgada y yo la he trazado. Pero esta vez tenía que hacer este proyecto, responder a esa llamada, aunque no sabía si funcionaría o cómo lo haría; solo sabía que tenía que hacerlo y por eso estamos hablando de ello ahora mismo (Sonríe).