Fotografía by Samantha J

La profundidad y espiritualidad son dos sustantivos que describen a la perfección el trabajo del cantante y productor Jesse Boykins III. Con este artista estadounidense no es necesario centrarse en el género, ni en los precintos que acompañan a sus lanzamientos, pues se encuentra a la vanguardia del sonido electrónico, R&B o el neo-soul. Este discípulo de Bilal supo desde un principio hacia dónde dirigir sus conquistas y medir los tiempos para brindárselas a su público. Con dos discos en su haber, Zulu Guru (2012) y Love Apparatus (2014), además de un repertorio inacabable de colaboraciones en su carpeta de presentación, Boykins regresa este año al panorama musical con un nuevo EP, Bartholomew Wave I. Por este motivo y por la originalidad del sonido de su obra, hemos querido charlar con él para que nos cuente parte de los secretos de su inspiración y hacia donde derivan ahora sus necesidades creativas.

 

UMOMAG.com: Naciste en Chicago, pasaste tu infancia en Jamaica, tu adolescencia en Miami, comenzaste a ser adulto en Nueva York, pasaste una temporada por California, ¿Cómo han afectado todos estos cambios en tu modo de vivir y en tu forma de entender la música?

Jesse Boykins III: Desde mi punto de vista, lo importante es la adaptación y el conocimiento. Si lo pienso, tener que acostumbrarse a distintas culturas y cambiar el estilo de vida desata en cierto modo la inspiración. Como artista, desde que era muy joven he estado más abierto a las cosas, a aprender y a conocer a la gente, ya que cuando vives en distintos lugares la gente cambia, la comida cambia, el estilo de vida cambia e incluso la hora de irse a la cama cambia. Hay que tener todo eso en cuenta al pensar en la vida y también lo aplico a mi música. Cambiar de residencia, viajar, vivir en diferentes partes de EE.UU. me ha inspirado y ayudado a prender.


UMOMAG: Desde que iniciaste tu carrera has tenido la oportunidad de trabajar con profesionales como Melo-X, Machine Drum, Zo!, Zodiac, Dr. Woo o MoRuf, entre otros muchos ¿qué has aprendido de todos ellos?

JB: He aprendido distintas cosas de la gente con la que he trabajado. Cuando empecé mi carrera trabajé sobre todo con Machinedrum y Melo-X. Su capacidad de trabajo, su energía y su autenticidad están fuera de toda duda; son artistas que quieren expresar algo que conecte con la gente en una plataforma real, ¿sabes? Muchos artistas también juegan con la fantasía y una de las cosas que he aprendido de ellos es que puedes ser honesto y vulnerable; colaborar con ellos me ha hecho ser más libre en mi creatividad.

UMOMAG¿Cómo crees que ha evolucionado tu música y tu manera de entenderla desde tus inicios hasta el momento?

JB: Creo que ahora la evolución de mi creatividad tiene mucho que ver con mi libertad. Antes me ponía muchas trabas, muchos frenos a mí mismo, mientras que hoy vivo mucho más el momento. Cuando termino de ser parte de ese momento, echo la vista atrás y añado o elimino algunas cosas; antes, siempre me ponía en duda a mí mismo o me decía que no debería hacer esto o lo otro. Ahora hago lo que quiero, ya no existe ese ‘no debería’. Intento mantener la pureza al máximo posible y creo que así conecto con más gente. No quiero limitarme a escribir una canción soul o pop, quiero componer lo que me gusta sin preocuparme de géneros ni nada parecido; solo ha de gustarme lo que hago.

GRABÉ ‘LOVE APPARATUS’ EN TORNO A 2010 PERO HASTA 2014 NO VIO LA LUZ, PORQUE PENSÉ QUE SI LO LANZABA EN SU MOMENTO ESTARÍA UN POCO POR DELANTE DE LO QUE LA GENTE ESPERA

UMOMAG: Tu nuevo EP se llama Bartholomew Wave I, ¿quién es Bartholomew? Cuéntanos un poco sobre él, de su esencia y de cómo nace.

JB: Cuando finalicé mi álbum me tomé un tiempo de descanso en lo que se refiere a grabaciones. Pasé mucho tiempo de gira y al finalizar mis actuaciones, pude descansar en Los Ángeles. Fue entonces cuando conté con tiempo suficiente para volver a crear música y Bartholomew es mi álter-ego; me puse ese nombre e hice chistes con ello. Pero en realidad fue una forma de expresarme como si fuese otra persona o incluso de actuar como alguien que me gustaría ser. Muchas de mis nuevas canciones están escritas por ese álter-ego, como si yo viviese en la piel de ese personaje; es un personaje que he diseñado, que está en mi mente y que es un reflejo de mí. Todo lo que no me atrevía a hacer, a decir o a ser ahora lo hace Bartholomew, tiene esa responsabilidad. Pero Bartholomew y yo somos la misma persona y me resulta más fácil actuar en su nombre en muchos aspectos; es otra forma de encontrar cierta libertad, de redescubrirme a mí mismo. Y lo llamé Wave (ola) porque todo en la vida es como una subida o bajada de la marea; he estudiado bastante la luna, la astrología y yo soy Piscis, un signo de agua. Siento que todo me ocurre en oleadas y por eso he editado Wave I, pero también habrá segunda y tercera partes.


UMOMAG: Siempre colaboras con diferentes productores, en esta ocasión con Abjo, The Silence Killers y Hudson Mohawke. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?

JB: Ha sido genial. Muchos de ellos son mis amigos y les conozco desde hace tiempo como integrantes de la industria, pero hasta ahora no habíamos trabajado juntos. Sí habíamos hablado de hacer música, de colaborar, aunque hasta ahora no lo habíamos llevado a cabo. La mixtape ha sido una ocasión perfecta para trabajar con estos productores a quienes admiro y que además son mis amigos. Cuando trabajo en un álbum, me gusta centrarme en un concepto y no suelo colaborar con más de dos o tres productores, pero en esta mixtape ha sido diferente: he trabajado con Brodinski, Chrome Sparks, Hudson Mohawke… Como te digo, todos nos conocemos desde hace tiempo y por fin hemos tenido la oportunidad de editar un trabajo.

UMOMAG: Para escucharte desde Zulu Guru, hubo que esperar un par de años, ahora para escucharte nuevamente tan sólo ha pasado un año desde que publicaras Love Apparatus, ¿es porque te sientes más seguro o simplemente es una cuestión de darle tiempo al tiempo?

JB: Soy un artista un poco impredecible en cuanto a cómo será mi próximo sonido. Muchos artistas sacan un disco y su álbum siguiente suena igual que el primero, el tercero igual que el segundo… En mi caso todo depende de los momentos en el tiempo; me gusta documentar momentos de cómo es mi vida en ese instante, y espero que el público conecte con ello. A veces, sé que eso lleva cierto tiempo. Por ejemplo, grabé Love Apparatus en torno a 2010 pero hasta 2014 no vio la luz, porque pensé que si lo lanzaba en su momento estaría un poco por delante de lo que la gente espera. Incluso ahora, pienso que ese álbum recibirá el reconocimiento que merece quizá en un par de años. Lo entiendo y tengo la suficiente paciencia para que mi arte no dependa de la gratificación inmediata; no necesito que me digas que mi álbum es ‘un clásico’ el mismo día que sale a la venta. Entiendo que la gente ha de acostumbrarse a ciertas cosas y así me gusta vivir mi vida. No me gusta escuchar un disco y decir: ‘es el mejor álbum de todos los tiempos’, o ‘es una basura’. Prefiero escucharlo diez veces, dejarlo descansar y volver a él para escucharlo diez veces más; decidiré entonces qué efecto me produce. Soy paciente y así me gusta vivir mi vida; sin prisa, me importan más la calidad y la ejecución.