Su fallecimiento nos pilló a todos por sorpresa. Nadie podía imaginar que el recién editado Blackstar sería, tras veinte años de ausencia, su improvisado epitafio. Así que no es de extrañar toda la avalancha de artículos, entre lo oportuno y lo oportunista, que hemos tenido que padecer en los últimos días dedicados a ensalzar la figura de David Bowie (1947-2016).
El fantasma de su legado es sin embargo, mucho más que carnaza para una aburrida sobremesa de puretas o un vago pretexto con el que fingir que sabes algo de música. Su obra, sus aristas y sobre todo la evolución sufrida por su personaje a lo largo de los años, lleva décadas marcando el paso a cualquier artista con pretensiones de dejar huella en todo esto.
Puede que Ziggy haya vuelto a las estrellas, pero no hay duda de que ha dejado un buen puñado de hijos ilegítimos entre nosotros. Desde lo más profundo a lo más superficial, aquí tenéis a cinco de nuestros favoritos.